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A 30 años de la masacre, los habitantes de Segovia recorren lugares donde se produjeron los sangrientos episodios

–Este domingo, los pobladores de Segovia, Antioquia, conmemoraron los 30 años de la masacre de 46 personas por parte de un grupo de paramilitares, recorriendo los sectores que los mismos asesinos recorrieron para acabar con la vida de familiares, amigos y vecinos el 11 de noviembre de 1988.

En el recorrido, clamaron verdad, reparación y no repetición frente a los hechos, todo ello para alcanzar una transición hacia la paz en el municipio.

Según el informe del Centro de Memoria Histórica, CNMH, Silenciar la democracia: Las masacres de Remedios y Segovia (1982-1997), en el Alto nordeste antioqueño se registraron 32 masacres entre 1982 y 2002.

La conmemoración de este 11 de noviembre se hizo bajo la siguiente premisa: “La verdad, un camino hacia la reconciliación. Nunca más una masacre en Segovia”. Esta acción simbólica, organizada por los familiares de las víctimas, las organizaciones sociales y la administración municipal, buscó interpelar a la sociedad frente al asesinato de 46 personas ocurrido el 11 de noviembre de 1988.

La conmemoración inició con una eucaristía por el barrio La Madre en Segovia y sus participantes hicieron un recorrido histórico por las paradas en lugares donde fueron masacradas a sangre fría las víctimas por un grupo criminal que se hacía llamar “muerte a revolucionarios del Nordeste” (MRN).

En la plaza central se realizó una jornada contra el olvido e incluyó un foro, actos culturales y simbólicos.

El Centro de Memoria recuerda que hace 30 años, los sueños por un cambio alternativo en el municipio de Segovia fueron interrumpidos por la violencia paramilitar. Los conflictos sociales producidos por el auge del oro a principios de los años 80 en la región, además de su acelerado crecimiento demográfico, derivaron en un movimiento social liderado por los sindicatos de la región.

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Desde 1986, con la apertura electoral fruto de la descentralización política del Estado, varios de estos movimientos sindicales, sociales y campesinos se unieron al partido de la Unión Patriótica (UP) transformándose en actores determinantes del proceso electoral y la protesta social. El partido de la UP logró ganar las alcaldías de Apartadó, Mutatá, Remedios, Yondó y Segovia en el departamento de Antioquia. Sin embargo, esto también les llevó a convertirse en blanco particular del escalamiento de la violencia del conflicto armado.

Desde que la UP alcanzó 6 de las 10 curules en los respectivos concejos municipales de Segovia y Remedios a sus habitantes los tildaron de guerrilleros y comunistas. El punto más álgido de la violencia llegó el 11 de noviembre de 1988, cuando una alianza criminal entre miembros de la Fuerza Pública, paramilitares del Magdalena Medio y políticos regionales bajo el nombre de “Muerte a Revolucionarios del Nordeste” (MRN) asesinó a 46 personas y según la comunidad dejó sesenta personas heridas y familias desplazadas incluyendo a la Alcaldesa de la UP en ese entonces, Rita Ivonne Tobón Areiza, quien se encuentra en el exilio.

Por estos hechos, la Corte Suprema de Justicia condenó a 30 años de prisión al ex representante a la Cámara por el Partido Liberal, César Pérez, quien se alió con miembros del Batallón Bomboná y del comando de Policía de Segovia, así como con los paramilitares Fidel Castaño y Henry Pérez, este último ex jefe de las Autodefensas de Puerto Boyacá, para cometer esta masacre luego de que su partido perdiera las elecciones del 86. En su momento fue condenado Fidel Castaño como determinador y 2 civiles y 5 miembros de las Fuerza Pública por su participación en la planeación y ejecución de las amenazas y la masacre.

A pesar del dolor que han dejado las heridas de la guerra, durante los últimos 8 años, la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño (CAHUCOPANA) y la Corporación Reiniciar vienen impulsando anualmente la conmemoración de este hecho, con el objetivo de seguir exigiendo la verdad sobre lo sucedido, para que así haya justicia, reparación y garantías de no repetición.

“Queremos un municipio donde se respete la vida de aquel que piensa diferente, donde los campesinos y campesinas no sean estigmatizados, donde los líderes, lideresas y los defensores de derechos humanos puedan caminar libremente sin temor alguno”- Líder de Segovia.