–Según la organización no gubernamental de monitoreo del crímen organizado «InSight Crimen», la guerrilla del Eln opera en más de la mitad del territorio venezolano, donde ejerce gran poder, realizando y controlando el contrabando de ganado, de gasolina, la extorsión, la distribución de alimentos, las estaciones de radio, el reclutamiento de menores, el tráfico de drogas y la minería ilegal.

InSight Crime, que se proclama como «la base de datos más extensa sobre crimen organizado en las Américas», advierte que «la expansión del Eln en Venezuela ha estado marcada por la inacción e incluso el estímulo de la administración de Maduro hacia el grupo».

La ONG afirma que identificó la presencia del Eln en 12 estados de Venezuela, «aproximadamente la mitad del país».

Concretamente señala que los integrantes del grupo terrorista colombiano han logrado avanzar casi 1,500 kilómetros desde la frontera colombiana con el estado venezolano de Táchira, donde el grupo ha ingresado históricamente en el país, hasta los estados que limitan con Guyana y Brasil, como Bolívar y Amazonas, y los estados costeros como Anzoátegui y Falcón.

«Que el Eln esté presente en la mitad de Venezuela es un testimonio tanto de su continua destreza militar como de lo lejos que ha llegado en su expansión a la Venezuela del presidente Nicolás Maduro sin mayores obstáculos de los que hablar, precisa el informe publicado en inglés por InSight Crimen, en su pagina web .

Reseña que ciudades como Atures en el estado de Amazonas, José Gregorio Monagas en Anzoátegui y Domingo Sifontes en Bolívar, han visto la presencia de guerrilleros y el control de las minas del área «hasta el punto en que algunas comunidades indígenas han dejado el control total del orden público en manos del Eln».

Advierte el reporte que los residentes de la ciudad de Catatumbo, en el estado venezolano de Zulia, así como los periodistas, han confirmado que el Eln y otro grupo guerrillero colombiano, la disidencia del Epl, han llevado su actual conflicto de Colombia a su Territorio en el lado venezolano de la frontera.

Precisa que «la expansión del conflicto ha provocado desplazamientos y la muerte de civiles y militares», y agrega que «el gobierno venezolano, sin embargo, hasta ahora ha guardado silencio sobre estos eventos».

Resalta que, según la ONG venezolana Fundación Redes, el Eln podría estar recibiendo apoyo de las fuerzas armadas de Venezuela en forma de armas y entrada a Venezuela. También se ha alegado que los militares ayudaron al Eln a integrarse con las comunidades de Táchira, por ejemplo, al permitir que el grupo distribuyera los alimentos subsidiados del gobierno venezolano a través de sus Comités Locales de Abastecimiento y Producción – CLAP.

Mientras tanto–continúa diciendo–, las estaciones de radio, la distribución de folletos en las escuelas, los puntos de control en caminos rurales y la extorsión (que demandan el 10 por ciento de la producción) en las minas han ayudado al Eln a ganar territorio y poder en Venezuela y, lo que es más importante, los recursos que utiliza para continuar financiando sus actividades delictivas.

La expansión del Eln en Venezuela ha estado marcada por la inacción e incluso el estímulo de la administración de Maduro hacia el grupo. Una ilustración de esto es la decisión del gobierno de enviar a Garganta , quien fue arrestada en el estado de Amazonas, a una prisión militar en Caracas destinada a presos políticos y militares.

Al mismo tiempo, sin embargo, la presencia del grupo guerrillero en Venezuela ha llevado al presidente colombiano Iván Duque a intensificar su presión sobre el Eln al negarse a participar en las negociaciones de paz si continúa sus actividades ilegales.

Venezuela es el lugar perfecto para un retiro del Eln, ya que busca la protección de las hostilidades políticas en Colombia, expande sus operaciones y llena sus filas con las víctimas de la crisis económica del país. Dadas las circunstancias favorables, el estado de mafia de Venezuela es la guinda del pastel para el grupo guerrillero más poderoso de Colombia.

InSight Crimen afirma que los recientes ataques del Eln contra el ejército de Venezuela en el estado de Amazonas y los mineros civiles en el estado de Bolívar reflejan el creciente poder del grupo guerrillero colombiano y se suman a una serie de eventos durante 2018 que demuestran su presencia en al menos la mitad del país.

Al efecto se refiere al ataque perpetrado el 4 de noviembre pasado por elementos del Eln contra la Guardia Nacional Bolivariana (Guardia Nacional Bolivariana – GNB) en el estado venezolano de Amazonas, que dejó tres uniformados muertos y 10 heridos.

«El ataque fue en respuesta al arresto de cuatro miembros del Eln, incluido uno de los principales cabecillas del grupo, Luis Felipe Ortega Bernal, alias «garganta», que tiene un aviso azul de Interpol emitido en su contra», subraya.

Expica que cuando arrestaron a «garganta», las autoridades encontraron varios documentos de identificación en su poder. Uno de ellos era una forma de identificación utilizada por los ciudadanos venezolanos para obtener servicios subsidiados por el gobierno, en este caso bajo el nombre falso de Gabriel Alfonso Ariza Suárez.

«El ataque, uno de los enfrentamientos más significativos entre el Eln y las fuerzas venezolanas en los últimos años, provocó una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, mientras que el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, solo logró un tuit retrasado y sin compromiso en las redes sociales. Se denunció la presencia de cualquier grupo armado en el país, sin mencionar el Eln como la organización criminal que cometió el acto violento», puntualiza el informe, que añade:

«Padrino también aprovechó la oportunidad para criticar la “incapacidad del gobierno colombiano para controlar sus grupos [criminales], la violencia y el narcotráfico. Sin embargo, InSight Crime identificó la presencia del Eln en 12 estados de Venezuela, aproximadamente la mitad del país, examinando informes de los medios que detallan las actividades del grupo guerrillero en territorio venezolano en 2018, así como a través de informes de agencias no gubernamentales e información proporcionada por fuentes oficiales a lo largo de la frontera», concluye.