Internacional Tema del Día

El Nacional de Venezuela imprime su última edición: «La dictadura férrea cierra toda ventana de la libertad de expresión»

–Tal como estaba anunciado, tras 75 años de existencia, el emblematico periódico venezolano El Nacional puso en circulación este viernes su última edición impresa, ahogado por el régimen de Nicolás Maduro. Por eso, en su editorial notifica: «Hoy publicamos una noticia que le alegrará la vida al señor Nicolás Maduro y a toda su camarilla civil y militar que disfruta del poder sin presentarle cuentas a nadie…».

En la nota titulada «Un descanso en el camino», el editorialita pregunta ¿Ganan los enemigos de la libertad de expresión, triunfan los corruptos bolivarianos, descansan y duermen tranquilos los militares que aprovecharon sus posiciones en el poder para amasar fortunas y garantizar por décadas sus riquezas familiares?. Y se responde: «No, nada de eso».

Entre tanto, desde el exilio forzado, Miguel Henrique Otero, presidente editor, asegura que si bien el diario impreso dejará de circular temporalmente, la lucha continúa. “Los periodistas van a seguir trabajando, luchando por restablecer la democracia en Venezuela y pronto retomaremos el periódico físico de alguna u otra manera”, precisa. El anhelo es publicar algún día: «Venezuela regresa a la democracia».

Otero afirma: “La dictadura férrea ha ido cerrando la ventana de la libertad de expresión. Ya no quedan periódicos independientes en el ámbito nacional. Quedaba solo El Nacional y uno que otro de provincia. Unos migraron a plataformas web, que tampoco son libres porque hay una política de bloqueo de los portales y lo hacen de manera discrecional. El gobierno logró casi su objetivo de la hegemonía comunicacional. Censuraron la radio y la televisión y hacen desaparecer la prensa escrita. Les decimos a nuestros lectores que nos sigan por las redes, por el PDF y con los resúmenes que vamos a seguir haciendo».

Para Otero este es el peor momento de la libertad de expresión en Venezuela. «Y cada día es peor. Hay menos elementos de libertad de expresión aunque quedan algunas pequeñas ventanitas. Y se puede llegar al momento en que la información estará solamente en manos de la gente del Partido Socialista Unido Venezolano, PSUV, o como hacen en Cuba».

Finalmente indica que «a lo mejor no lo publica el papel, no lo sabemos, pero El Nacional va a publicar el titular: ‘Venezuela regresa a la democracia’ porque no van a poder hacernos desaparecer. No tenemos papel, pero el titular lo vamos a dar. Este es un régimen que no va a durar mucho tiempo y los venezolanos van a terminar sacando al peor régimen que ha tenido Venezuela en todos los tiempos».

SE APAGA LA ROTATIVA

En su última edición, El Nacional incluye una nota en la cual reseña los momentos que se vivieron en la sala de Redacción cuando se apagó la rotativa, tras «75 años de resistencia»:

«El cese de circulación del diario referente de Venezuela fue un hecho sin precedentes. El ambiente nostálgico se podía percibir en los pasillos del periódico. Eran sonrisas por los logros durante más de siete décadas, pero también eran caras largas por no volver a esperar el cierre de la imprenta cada noche.

En la sala de redacción del diario El Nacional solo se escucharon algunos chasquidos de las teclas que preparaban la última edición en la que intentaron luchar por la verdad. Nunca habían querido que el reloj indicara las ocho en punto, hora fija en el corazón de las instalaciones en el que empiezan a rodar los cilindros que imprimirían la última plana de un esfuerzo por el periodismo independiente.

Los cilindros sostenían los últimos ejemplares de una lucha que volverá en democracia. Los obreros solo podían velar porque las páginas salieran en el mejor estado posible, mientras las cámaras de varios medios atestiguaban el triste hecho.

El monstruo de hierro naranja iba a ser encendida por última vez, los obreros caminaban de arriba a abajo por las escaleras fundadas de hierro, otros solo observaban desde las ventanas más alejadas con una mano resistiendo el peso de su cara frente a los vidrios que separan las oficinas de la rotativa.

En los pasillos consideran que es una medida temporal, pero que quedará marcada en la mente y los corazones de todas las personas que contribuyeron y se quedaron noche tras noche queriendo expresar una verdad, un testimonio, siendo la voz de 28 millones de personas.

Los trabajadores se miraban entre ambos cada vez que tenían que tomar un ejemplar. Las miradas entrecruzadas, las lágrimas en algunos rostros no eran por una batalla perdida, era porque se cerraba una ventana ante la lucha por la libertad de expresión.

Tocó apagar el sistema que por años imprimió las letras que marcaron la historia de un país, que relató los principales hechos que cambiaron el rumbo de una nación y que fue estandarte del periodismo a nivel mundial. Los obreros fueron testigos de primera mano del proceso en el que tuvieron que apagar la gran máquina de acero, cerraron la puerta para algún día volver.

En sus mentes solo existe un pensamiento fijo: algún día volverá a estar en sus manos, algún día las letras azules volverán a estar dentro de los kioskos en todo el territorio nacional y sobre todo, un día El Nacional titulará “Venezuela volvió a la democracia”, por ahora nos vemos en la web». Fin de la nota.

Por supuesto, los otros medios que dominan el ámbito noticioso en Venezuela que son adeptos al régimen, encabezados por «Ultimas Noticias» y «El Universal», no publican ni dicen nada sobre el cierre de su colega El Nacional. Siguen publicando noticias sobre lo «bueno» que hace el régimen de Maduro, excluyendo todo lo que cause mala imagen, como la crisis económica y el terrible drama humano de los migrantes.

Tras el cierre, El Nacional potenciará su página web. Y creó la plataforma digital «Papel de Libertad»: (www.papeldelibertad.com) «para que los ciudadanos comprometidos tengan una vía para apoyar el periodismo independiente. A través de Papel de Libertad todo ciudadano, venezolano o extranjero, puede hacer una donación. Es una forma con la cual invita a los lectores a ser socios activos en la defensa de los derechos humanos».