Bogotá

Prenden alarmas por vulnerabilidad de Bogotá ante el Fenómeno de El Niño

En la Sabana de Bogotá, varios municipios han experimentado algunos de los efectos negativos derivados del fenómeno de El Niño, que sumados a condiciones propias de esta época del año como son el aumento de la radiación solar y las heladas en la madrugada, que incrementan la probabilidad de ocurrencia de incendios forestales.

El Concejal Celio Nieves Herrera, afirmó que estos incendios tienen graves consecuencias en los ecosistemas terrestres debido a que generan pérdidas de fauna y flora, adicionalmente, contaminan el aire y el agua.

Para Nieves Herrera, un proyecto como el denominado “Sendero Panorámico de Las Mariposas” propuesto desde la administración distrital, incrementará considerablemente el flujo de personas en los Cerros Orientales y traerá más consecuencias que beneficios, entre ellos crecerá el riesgo por incendios forestales, ya que muchos de los ocurridos en los ecosistemas bogotanos son de origen antrópico, es decir, que se producen por el abandono de fogatas, la presencia de residuos sólidos como botellas, o manos criminales.

En algunos medios, a la fecha se reporta la pérdida de 188 hectáreas en Cundinamarca consumidas por incendios forestales, mientras que en Bogotá localidades como Usaquén, San Cristóbal, Fontibón y Kennedy, ya se han presentado emergencias.

En Bogotá, además de los ecosistemas de montaña como los Cerros Orientales, el Mirador de Los Nevados y el Parque Entrenubes, los humedales urbanos son extremadamente vulnerables a las temporadas secas. El Cabildante recuerda que “durante la ocurrencia de este fenómeno entre el año 2015 y 2016, algunos humedales fueron declarados en alerta amarilla y naranja con el fin de suplir su déficit hídrico, garantizando al mismo tiempo su integridad física, así como sus valores de conservación”.

Aunque la ciudad ya cuenta con planes y acciones de contingencia para enfrentar esta temporada seca, estaremos atentos a la oportunidad en la atención de cualquier emergencia que afecte nuestra calidad de vida, como ciudadanos también tenemos la responsabilidad de mitigar los impactos negativos del fenómeno de El Niño, por ello debemos reducir el consumo de agua y energía.

Los últimos reportes del IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) estiman que desde finales del año 2018 y aproximadamente hasta marzo de 2019, el país se enfrentará al fenómeno de El Niño, evento de variabilidad climática que se caracteriza por el incremento de la temperatura superficial del Océano Pacífico, como resultado de la interacción aire – mar se produce una alteración del clima, que a su vez, genera un leve aumento de la temperatura y bajas lluvias en las regiones colombianas del Caribe, Pacífico y Andina. El Niño responde a una variación climática y es diferente al cambio climático, pues se trata de un fenómeno que se presenta en nuestro planeta desde hace miles de años y se repite con una variación interanual entre 3 y 10 años. En este contexto es importante mencionar que el cambio climático modifica los patrones climáticos a gran escala, lo que eventualmente podría incidir en que los efectos de El Niño tengan un impacto mucho mayor.