Opinión

El doble rasero de la izquierda

por Mauricio Botero Caicedo
Es importante aclarar que el autor de esta nota rechaza tajantemente toda violencia contra la mujer, venga de donde venga. En una conducta inaceptable, y merece no solo la censura de la sociedad, sino un castigo ejemplar.

Según informes de prensa, “En una entrevista con la W Radio, Patricia Casas, esposa del concejal y aspirante a la alcaldía de Bogotá Hollman Morris, lo señaló por maltrato y lo denunció por violencia intrafamiliar ante la Fiscalía. Aseguró que desde el inicio del matrimonio notó que el experiodista y ahora político tuvo problemas con el alcohol y el consumo de sustancias psicoactivas. “Convivir con una persona adicta no es cualquier cosa”, aseguró. También señaló que cuenta estos hechos para ser responsable consigo misma, y con la ciudadanía, porque cree que la vida privada de un personaje público debe ser conocida. «La vida privada de un personaje público termina en el momento en que el representa a otros», dijo.”

Hace unas semanas el periodista Gustavo Rugeles, afecto a los partidos de centro y de derecha fue acusado de maltrato contra su esposa. La totalidad de los medios y periodistas de izquierda (que entre otras son una mayoría) se vinieron (con mucha razón) en contra de Rugeles.

La pregunta del millón es que siendo el Sr. Hollman Morris un conocido político de izquierda, un amanuense de Gustavo Petro, ¿se va a venir la izquierda en masa a censurar a Morris con la misma firmeza que lo hicieron con Gustavo Rugeles?

Me temo que no, porque para la izquierda los crímenes se deben ver es con un prisma ideológico: si quién los comete se percibe como cercano a la derecha, deben ser castigados con todo el rigor de la ley. Por el contrario, todo crimen de la izquierda merece la benevolencia de la sociedad.