Opinión

Sector útiles escolares, Borrón y cuenta nueva

Por: Luis Eduardo Forero Medina
Un cuarto de siglo cumple la ley general de educación que por primera vez intenta reprimir los abusos que año tras año se continúan presentando en la lista de útiles y textos escolares; mercado que en Colombia está concentrado en un estuche con poco más de una docena de empresas que atraen a los clientes ofreciéndoles todo lo que necesitan para el regreso a clases, siempre a la fija; con estilo; sólo con un pequeño impulso, les auguran sus compradores un futuro que no tendrá límites; para llevar todo ofrecen un mismo carrito; en fin, aprovechan para recordarles a los estudiantes que todo en la vida tiene solución.

Al parche escolar iniciado por la editorial colombiana Norma en 1960, hoy Carvajal Educación, se le unió Carlos Federico Ruiz con Panamericana hace 55 años; Scribe, Grupo Santillana, Cadena Jumbo, Grupo Éxito, Auros Copias, entre otros. La competencia son las ferias escolares y misceláneas de barrio y pequeños libreros; que a veces lucen un poco descuadernados. Según un estudio de Fenalco de 2014, los materiales educativos para preescolar, básica primaria y/o secundaria, son comprados especialmente en papelerías de barrio (25%) y zonas especializadas como San Victorino (25%), seguido de los almacenes de cadena (23%) y directamente en el colegio (16%).
Durante más de dos décadas para la época de iniciación de los calendarios A y B se revive la polémica de los “útiles inútiles”, que si se distribuyen esas listas, el error abarcaría además del colegio privado, a quienes las aprobaron previamente; esto es el Consejo Directivo del Colegio en el que participan padres de familia y ex estudiantes y la Secretaría de Educación que le da su aval; amén que deben ser coherentes con el Manual de Convivencia y el Proyecto Educativo Institucional –PEI- del respectivo establecimiento.
En el morral de los útiles escolares están las matrículas y pensiones, que cobran los 11.954 establecimientos educativos de carácter privado que funcionan en Colombia, en los que no faltan denuncias de supuestos excesos. Este año los incrementos autorizados para matrícula, pensiones y costos educativos de colegios privados con niveles de preescolar, básica y media del país, oscilan entre el 3.3% y el 7.2%; dependiendo de la calidad y ubicación del colegio. Los colegios con puntajes más altos en las pruebas Saber 11 y acreditados en ISO9001, están en el régimen de Libertad Regulada, y fijan sus tarifas libremente. En la escuadra, los colegios de LR son la mayoría, es decir 6.815 unidades escolares; 3.228 en Libertad Regulada, y 1.673 en Libertad Vigilada. Fuera de la matrícula que se paga una vez al año y la pensión que es anual o pagadera en diez mensualidades, por ley está prohibido exigir de parte de instituciones educativas privadas y de carácter oficial, bonos, cuotas, donaciones, aportes a capital o tarifas adicionales a estudiantes, padres o acudientes. La Corte Constitucional en sentencia C-560 de 1997, declaró inexequible la posibilidad que tenían los establecimientos públicos y privados de establecer un bono como aporte de capital. El bibliobanco, salidas pedagógicas, derechos de grado, refuerzos en ingles, bachillerato internacional, transporte, alimentación y alojamiento es contratado- asumido voluntariamente por los padres.
La Cartuchera de útiles escolares es aliviada por el subsidio educativo que en enero se consigna a beneficiarios con hijos hasta grado 11, de parte de la mayoría de Cajas de Compensación Familiar, y los auxilios extralegales contemplados en pactos o convenciones colectivas de trabajo. Cuando de los anteriores beneficios no goza el grupo familiar por estar en la informalidad laboral; se comparten los libros entre compañeros; y padres y madres de familia los compran de segunda, que son maquillados al punto de quedar como nuevos. Los especialistas recomiendan en todos los casos, comparar precios.
Los costos escolares son mayores al inicio de la educación escolar, según concluyó una investigación de Fenalco, en el sentido que durante la educación preescolar, “es donde mayor cantidad de materiales educativos se solicitan, 51 en promedio para el grado Jardín”.
Para resaltar, este sector terciario de la economía no es ajeno al contrabando de cuadernos, lápices, colores, borradores, camisas blancas, yines, medias blancas, zapatos y tenis. Estos elementos son los que más se decomisa en la temporada escolar en todo el país, de parte de la DIAN y la POLFA. Los llamados “malos/colegios” nunca aprueban el año, por perder la materia “Derecho a la educación”; por exigir comprar en determinado lugar y cierta marca; incluir en las listas implementos de aseo, pinturas, marcadores, etc.; pedir cantidades excesivas y pretender que sean entregados a las dichas instituciones educativas. Los colegios están facultados para exigir un texto de un autor y editorial determinados, pero no que se adquiera en el negocio indicado por el establecimiento educativo. Desaprueban, los útiles escolares tóxicos y peligrosos por contener metales pesados.
El Ministerio de Educación Nacional, en asocio con la Cámara Colombiana del Libro, tiene a disposición de la comunidad educativa, a través del Portal Colombia Aprende (www.colombiaaprende.edu.co ), el Catálogo de Libros de Texto Escolar. “Los textos educativos de calidad resultan pertinentes para mejorar los resultados del aprendizaje, por eso, es elemental darles a los estudiantes las herramientas recomendadas por los colegios”, anotó la Cámara del Libro.
@luforero4