Bogotá

Peñalosa debe parar las 34 mil talas de árboles que autorizó: concejal Maria Fernanda Rojas

Imagen de archivo Radio Santa Fe
La Concejal María Fernanda Rojas, aseguró que es fundamental el arbolado urbano para la mitigación de los gases de efecto invernadero y para controlar la contaminación ambiental de la ciudad. Las localidades que históricamente presentan mayores niveles de contaminación, son precisamente en las que menos esfuerzos de arborización se hacen.

Bosa es una de las localidades que estuvo en alerta y es también la localidad con menos árboles de Bogotá: 26 personas por árbol. A pesar de eso, hay 535 talas autorizadas en lo que va de la administración Peñalosa.

Sobre la emergencia ambiental por la mala calidad del aire en Bogotá, la Concejal María Fernanda Rojas señaló que la administración no toma medidas que ataquen el problema de raíz, ni se plantea un cambio de estrategia de fondo. Por el contrario, redobla sus acciones en contra del arbolado y orienta sus esfuerzos en la parte más débil de la cadena: un pico y placa paliativo cuya consecuencia inmediata fue la caída del comercio y no de la contaminación.

La Concejal del Partido Alianza Verde advirtió que la ciudad está en alerta por la contaminación del aire y el alcalde se encuentra empeñado en acabar con los árboles, una de las principales herramientas que permite reducir la polución de la ciudad.

Rojas indicó que según los reportes de las autoridades, los habitantes de Bosa, Kennedy y Tunjuelito son los más afectados por la contaminación del aire en estos días en la ciudad. En esos lugares se presentan de manera regular concentraciones entre 57 y 69 µg/m3 cuando la norma nacional es 50 µg/m3.

Así mismo aseguró que el arbolado urbano juega un papel fundamental para la mitigación de los gases de efecto invernadero y para controlar la contaminación ambiental de la ciudad. Las localidades que históricamente presentan mayores niveles de contaminación, son precisamente en las que menos esfuerzos de arborización se hacen. Bosa es una de las localidades que estuvo en alerta y es también la localidad con menos árboles de Bogotá: 26 personas por árbol. A pesar de eso, hay 535 talas autorizadas en lo que va de la administración Peñalosa.

Pero a pesar de las advertencias de los ciudadanos, de la academia, de las autoridades ambientales, de muchos de los concejales que estamos en este recinto, el alcalde en lugar de moderar sus planes en contra del arbolado urbano parece haber iniciado una arremetida como no se había visto antes. De puntos tan distantes de la ciudad como Suba, Chapinero, Usaquén y Kennedy nos llegan alertas de ciudadanos preocupados porque en sus barrios están derribando árboles con justificaciones dudosas que, en todo caso, no les han explicado bien.

El desinterés del alcalde a los reclamos ciudadanos ha llegado al punto que ayer hubo varios heridos y arrestos en la localidad de Kennedy, entre los vecinos que trataban de impedir que fueran talados 33 árboles en el Parque Pio XII, al suroccidente de la ciudad. Con los penosos acontecimientos del Parque Japón, en el norte de Bogotá, ya son dos ocasiones en las que la Alcaldía hace uso de la fuerza en contra de ciudadanos cuya única solicitud es que se respete el arbolado que los protege de la polución causada por agentes como la combustión diesel.

Finalmente dijo que al alcalde tampoco le interesa acatar las órdenes judiciales. Recordó que gracias a una acción de nulidad que interpuso, en compañía de miembros de la red de humedales, el Juez Cuarto Administrativo ordenó suspender de manera temporal las obras que el alcalde planea hacer dentro de los humedales, obras que significan la tala de miles de árboles. Para que se hagan una idea, sólo en el humedal y canal Córdoba, estas obras sentencian 1.103 árboles, a los que hay que sumar los que desaparecerán en Torca, Guaymaral, Tibabuyes, Jaboque y El Tunjo. Sin embargo, las talas continúan y las mezcladoras de cemento avanzan hacia las zonas protegidas de los humedales.