Nacional Norte de Santander

Católicos venezolanos celebran Semana Santa con hostias donadas por Diócesis de Cúcuta

La iglesia católica de Venezuela recibió un millón de hostias donadas por la Diócesis de Cúcuta para atender a los feligreses durante la Semana Santa.

De manos de Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, fueron entregadas un millón de hostias y vino de consagrar a Monseñor Mario del Valle Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, para que puedan celebrar en sus parroquias los misterios centrales de la Semana Mayor.

Además, fueron donados los aceites y aromas para la celebración de la Solemne Misa Crismal en la Diócesis de San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela.

El año pasado, la Diócesis de Cúcuta ya había atendido en varias ocasiones a la hermana Iglesia católica venezolana con la donación de los elementos fundamentales para la celebración de la Sagrada Eucaristía, ya que la crisis política, social y económica del vecino país, también ha afectado el vivir los misterios de la fe cristiana.

La “Diócesis de Cúcuta y otras diócesis colombianas envían ayudas, desde insumos médicos que tenemos que conseguir para personas”, señaló Moronta.

Moronta dijo que solicitaron el permiso a las autoridades venezolanas para pasar las hostias a San Cristóbal, luego de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro ordenara en febrero el cierre total de los pasos hacia el vecino país.

“Ojalá quienes tienen que tomar la decisión de abrir la frontera lo hagan, primero porque es un derecho humano (…). Si la frontera estuviera abierta, más ayuda pudiera entrar”, agregó.

El gobierno de Maduro dice que las fallas en el abastecimiento de comida se deben a una “guerra económica” de Estados Unidos y los empresarios para desestabilizar su gestión.

Pero economistas y opositores sostienen que los problemas son por el modelo estatal de controles de casi dos décadas.

Debido a los largos cortes de luz y la escasez de transporte, los horarios de las misas y otros ritos que se realizan en algunas parroquias se han adelantado para evitar que los feligreses caminen por las noches de regreso a sus casas, dijo Moronta.

“Da pena ajena que aquí no se tenga esa capacidad de producir lo necesario” como las hostias, dijo el sacerdote Iván Jaimes, de la Parroquia Divino Redentor, en San Cristóbal. Reuters