Judicial Justicia Noticia Extraordinaria Tema del Día ultimahora

Caso Yuliana Samboní: Hermanos Uribe Noguera relataron minuto a minuto

Imagen youtube
Catalina y Francisco Uribe Noguera detallaron lo sucedido en diciembre de 2016, cuando su hermano Rafael asesinó a la pequeña Yuliana Samboní.

Los hermanos Uribe Noguera comparecieron en el juicio que se les adelanta por presunto ocultamiento y favorecimiento en secuestro, y en sus declaraciones revivieron el minuto a minuto de lo que aconteció el domingo 4 de diciembre de 2016, mientras las autoridades buscaban al responsable de secuestrar a la pequeña de 7 años del barrio Bosque Calderón del nororiente de Bogotá.

Tras la intensa búsqueda, tanto autoridades como los hermanos Uribe, descubrieron que Rafael, había escondido el cuerpo sin vida de la niña adentro del jacuzzi de su lujoso apartamento en el edificio Equus 66.

Francisco Uribe Noguera relató que sobre las 10:30 de la mañana del domingo 4 de diciembre, los hermanos tenían planeado asistir al bazar del Gimnasio Moderno; pero la señora Laura Arboleda, esposa de Francisco, empezó a recibir varias llamadas de un número desconocido, la mujer devolvió la llamada, pensando que se trataba de un conocido de la empleada que iba a cuidar a sus hijas ese día.

«Ahora entiendo porque ella devolvió la llamada, pensó que era un familiar de la señora que cuidaba a las niñas», afirmó Francisco Uribe Noguera, y explicó que cuando su esposa respondió el celular, hizo cara de asombro al escuchar de parte del agente del Gaula, que la camioneta de la que era propietaria, estaba involucrada en la desaparición de una niña.

Francisco atendió la llamada, luego de que su esposa le manifestara que le parecía raro lo que dijeron inicialmente y que sentía que era una ‘llamada millonaria’. «Yo le pregunté cuáles eran las placas de la camioneta gris porque mi memoria no es buena», dijo el hermano del confeso asesino.

Francisco se encontró con los agentes del Gaula en una estación de policía y antes de irse le pidió a su esposa que llamara a su hermana Catalina para indagar si sabía algo de Rafael.

Tras recibir la llamada de su cuñada, Catalina comenzó a marcarle a Rafael. Luego de varios intentos, él contestó y ella lo indagó sobre el lugar donde estaba. Le dijo que buscaban la camioneta porque estaba implicada en un rapto. “Ay Catalina, deje de ser loca, nada que ver, yo estoy donde una amiga”, le respondió Rafael, según contó ella.

Mientras tanto, Francisco veía el video que le mostraron los agentes del Gaula de una camioneta Nissan andando por una calle. “Yo dije que no se le veía la placa ni quién estaba conduciendo (…) Llamo a Rafael y digo: ‘¿dónde está?, contésteme, contésteme, es urgente’ ”. Su hermano nunca le respondió ni tampoco volvió a contestarle a Catalina.

Francisco sostuvo que, junto con los agentes del Gaula, habló con el vigilante del edificio en donde vivía Rafael (Equus 64), quien les contó que en la mañana, él hizo movimientos extraños con el carro y hora y media después llegó caminando.

Francisco se fue luego al edificio Equus 66 tras recibir una llamada de su hermana Catalina, quien le dijo que estaba fuera del apartamento de la familia (que estaba en oferta para alquiler y al que Rafael tenía acceso), pero que no le había funcionado la llave.

Sobre ese momento, Catalina relató: “Timbro y timbro enloquecida (…) Empecé a oler que había cigarrillo (…) Me huele que este man (Rafael) está adentro”.

Ya en el Equus 66, Francisco, según contó, le preguntó al vigilante por la camioneta, y él le dijo que estaba parqueada en el sótano. “En el interior del carro había un zapatico blanco (…) Ahí, digamos, el mundo empieza a cambiar. Yo venía tranquilo buscando a mi hermano, que no aparecía y era normal que no apareciera; tenía problemas de alcohol y drogas hace 15 años”, relató

Entre tanto, funcionarios del Gaula de la Policía, permanecían ubicados en cercanías a los edificios, por lo que sostuvieron un diálogo en el que el vigilante, afirmó que el asesino de Samboní, estaba manejando de manera irregular su carro y parecía no tener el control para arrancarlo y que aproximadamente 90 minutos después, había llegado solo y caminando.

Francisco también relató que le entregó el número del celular de su hermano a los uniformados y que en ese momento su esposa Laura Arboleda, dijo que había revisado el parqueadero del Equus 66 y que ahí, no estaba estacionada la camioneta.

Mientras seguían hablando, su hermana Catalina le marcó a su celular muy alterada, manifestándole que el guardia de seguridad del edificio, no le permitió el ingreso al mismo; en medio de la conversación Francisco le dijo, “dígale que su hermano es abogado y que tiene que dejarla entrar”.