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Papa Francisco se declara entristecido por la muerte de migrante y su bebé en frontera de EE.UU y México

–El Papa Francisco está profundamente triste por la muerte de dos inmigrantes, un padre y su pequeña hija, que se ahogaron en el Río Grande tratando de cruzar a los Estados Unidos desde México, declaró este miércoles el Vaticano.

«Con inmensa tristeza, el Santo Padre ha visto las imágenes del padre y su pequeña hija que se ahogaron en el río Grande mientras intentaban cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos».

Alessandro Gisotti, el director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, dio esa declaración el miércoles en respuesta a las preguntas de los periodistas.

«El Papa está profundamente triste por su muerte y está orando por ellos y por todos los migrantes que han perdido la vida mientras buscan huir de la guerra y la miseria», agregó.

Oscar Alberto Martínez Ramírez y su hija Valeria se ahogaron en el Río Grande el lunes cuando intentaban llegar a los Estados Unidos.

Los cuerpos sin vida de los dos inmigrantes de El Salvador desembarcaron en el lado mexicano de la frontera, en Matamoros, en el estado de Tamaulipas, frente a Brownsville, Texas.

Julia Le Duc, reportera de La Jornada, dijo que Martínez Ramírez llegó a Matamoros el domingo con su esposa, Vanessa Avalos, y su hija, Valeria.

El reportero atestiguó a la señora Avalos dar su versión a la policía.

Ella dijo que la familia esperaba pedir asilo a las autoridades de los Estados Unidos, pero que el Sr. Martínez Ramírez decidió nadar cuando descubrió que podía tomar semanas antes de que pudieran comenzar el proceso.

“Primero cruzó con la niña y la dejó en el lado estadounidense. Luego se volvió para buscar a su esposa, pero la niña se metió en el agua detrás de él. Cuando fue a salvarla, la corriente los tomó a ambos «, le dijo Le Duc al Guardián.

Docenas de personas han muerto ya este año intentando cruzar el Río Bravo, conocido como el Río Bravo en México.

El domingo, dos bebés, un niño pequeño y una mujer fueron encontrados muertos por agotamiento por calor en el Parque Anzalduas, cerca de la frontera con la ciudad de Mission, Texas.

El #PapaFrancisco en la #AudienciaGeneral de hoy envió este mensaje especial a #México: «Yo quiero felicitar a los mexicanos porque son tan acogedores, tan acogedores con los migrantes… ¡Que Dios se los pague!» Foto: Daniel Ibáñez EWTN / ACI

Después de pronunciar su catequesis en italiano, este miércoles en el Vaticano, el Santo Padre dejó de leer el texto previsto y dijo en español: “Yo quiero felicitar a los mexicanos porque son tan acogedores, tan acogedores con los migrantes. Que Dios se los pague”, expresó.

E pontífice alentó a rezar “al Espi?ritu Santo para que nuestras comunidades sean acogedoras y solidarias, viviendo la liturgia como encuentro con Dios y con los hermanos” y animó a vivir la unidad entre los bautizados.

“La gracia bautismal revela el íntimo vínculo entre los hermanos en Cristo que están llamados a compartir, a identificarse con los demás y a dar ‘según la necesidad de cada uno’. Una forma de escuchar el clamor de los pobres, algo que agrada mucho a Dios, y de devolverle lo que le corresponde”, expresó el Papa.

IGLESIA MEXICANA

La Iglesia Católica en México manifestó su dolor por la muerte de Valeria, de solo 21 meses, y su padre, Óscar, ambos naturales de El Salvador, cuando intentaban cruzar la frontera de México y Estados Unidos.

Las imágenes de los cuerpos de ambos, a orillas del Río Bravo, que separa los países norteamericanos, han conmovido a miles en los últimos días.

Muchos compararon su caso con el del pequeño Aylan, un niño sirio que murió ahogado en 2015 cuando su familia trataba de llegar a Grecia.

En diálogo con ACI Prensa, Mons. Alfonso Miranda, Obispo Auxiliar de Monterrey y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), afirmó que la muerte de ambos nos lleva a cuestionarnos “¿cuál será el tamaño del sufrimiento de gente de Centroamérica que no importándoles nada se van a buscar sus sueños y a arriesgarlo literal y absolutamente todo”.

Para Mons. Miranda, “aquí en México nos está faltando lanzar un fuerte grito que se oiga y que resuene en todo México y más allá, Estados Unidos, Centroamérica y el mundo entero, y que diga: ‘yo también soy migrante’”.

“¿Quién no ha emigrado? Mi propia familia migró hace 80 años, no de otro país pero sí de otro estado del país”, recordó.

“¿Aquí quién no es migrante?”, cuestionó.

En México, insistió, “falta mayor conciencia de que todos somos migrantes”.

Tras recordar que Jesús, María y José migraron, el secretario general de la CEM subrayó que la Iglesia Católica mantiene firme su ayuda a los migrantes, “a pesar incluso de campañas de xenofobia, de reclamos de la sociedad”.

“Obispos, diócesis, parroquias, más de 130 casas de migrantes no ha dejado de brindar apoyo, ayuda humanitaria”.

La Iglesia, precisó, “no ha dejado en ningún momento de hacerlo, ha caminado junto a los migrantes”, atendiéndolos en la enfermedad y en el hambre.

Actualmente, destacó, el trabajo está organizado en “un equipo nacional, en regiones norte, centro sur. Todos conectados, unidos diocesanos y religiosos”.

Mons. Miranda precisó que el drama migratorio “es un fenómeno que no podemos no mirar, no podemos no vivir. Hay tantas causas, injusticia, violencia, falta de empleo, falta de educación. Hay tantas en Centroamérica, en Asia, en América del Sur, hay tantas cosas que empujan a la gente a buscar nuevos espacios. Y no podemos nosotros dejar de tener un corazón sensible que ayude”.

“¿Se necesita una estructura mundial que resuelva? Por supuesto que sí. Pero eso le toca a los gobiernos, organismos internacionales. Cada quien lo que pueda hacer a nivel internacional. Pero a nivel local, al hermano que pasa a tu lado no puedes cerrarle el corazón”, dijo.

El Obispo mexicano señaló que ante la dura decisión de emprender el viaje de los migrantes “lo que puedo es comprender la causa que los empuja”.

“Solamente puedo comprender a aquel papá, aquella mamá, que sale con sus hijos de la mano sin mayores recursos y sin mayores cosas que las propias a buscar un futuro mejor. Esa aspiración humana jamás se va a quitar”, señaló.

“Si esa es la alternativa que un hombre o una mujer toman, que aparten la fortaleza necesaria, la audacia necesaria, la confianza en Dios y todos son conscientes de las grandes dificultades y riesgos que hay”, dijo.

Al mismo tiempo, alentó a “que la mano caritativa del hermano no decaiga” frente al sufrimiento del migrante. (Información Vaticano News y Acinpres).