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Alto desempeño artístico y deportivo es compatible con modelos flexibles de educación

Mateo Gómez / Foto: Colegio Monterrosales

Estudios realizados sobre las necesidades académicas de deportistas de alto nivel demuestran que dentro de las principales causas de retiro de los jóvenes que practican algún deporte está la incompatibilidad entre el estudio y su hábito deportivo.

Un modelo de aprendizaje individualizado ofrece a cada alumno un reto adecuado a su capacidad, que le permite poner en práctica los conocimientos que domina y sus propias destrezas. Cuando un alumno estudia en su punto ideal encuentra la motivación que le permitirá avanzar a su ritmo, con autonomía y sin límites, “hacer efectivo el derecho a la educación exige garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan, en primer lugar, acceso a la educación, pero no a cualquier educación, sino a una de calidad con igualdad de oportunidades”.

Angélica María Guerrero Vásquez, practica desde los ocho años gimnasia artística y en simultánea lleva adelante su programa de formación escolar. “Hace cuatro años entré al colegio Monterrosales porque me ayudan mucho en la parte del deporte, a veces tengo que entrenar días completos y en el colegio me ayudan con el horario flexible y a ponerme al día con las tareas”.

Resulta importante reconocer que el futuro de una nación va en la formación académica de sus jóvenes, ya que son estos los futuros profesionales, instrumento de la evolución y reconocimiento de la misma. En Colombia hay una parte de la población que encuentra obstáculos para poder iniciar o culminar la vida académica; se trata de los deportistas, que no logran articular la vida académica con la práctica deportiva.

La historia de Angélica Guerrero, muestra que es factible combinar el desarrollo dentro y fuera del colegio. A sus 14 años forma parte del grupo de alumnos del grupo educativo Monterrosales y afirma que su colegio es el indicado para los niños que practican algún deporte puesto que: “los profesores nos ayudan a entender mejor las cosas, son dedicados y pacientes”.

Las necesidades académicas también se extienden a jóvenes artistas que buscan tener un programa académico flexible, capaz de combinarse con sus gustos o pasiones. Mateo Gómez desde los seis años dedica su tiempo a la música y hace dos años hace parte de la banda MatZpace, una pasión que ha podido conservar de la mano con su formación académica, “intento que las sesiones de grabación y producción no se crucen con la jornada de clase. Sin embargo, me conviene muchísimo el horario que maneja el colegio Monterrosales porque no solamente me da tiempo para aprender sino para destinarle tiempo a mi proyecto musical”.

Con 18 años, este joven artista afirma que hay modelos académicos alternativos acordes para niños y jóvenes que tienen habilidades artísticas como él, pues “el colegio Monterrosales aparte de tener un buen nivel académico, nos ayuda a formarnos como ciudadanos ejemplares, nos inculcan mucho el respeto y no existe el bullying. Se siente como que le importamos a los mayores y que ellos creen en nosotros los jóvenes”.

Es necesario considerar que en sociedades desiguales, la calidad de los aprendizajes tiene estrecha relación con los condicionantes del contexto. De allí, que el interés no sólo debe recaer en conocer las escuelas que consiguen mejores resultados de aprendizaje, sino también cuáles contribuyen a compensar las diferencias o condiciones de origen o agregan más valor a la realidad inicial de los alumnos.

En relación con lo anterior, Mateo Gómez asegura que desde que ingresó al colegio ha sido objeto de acogida y respeto, “siento que les importan los proyectos de los jóvenes y ayudarlos a que finalicen su bachillerato de manera seria y profesional. Me gusta mucho que el ambiente sea tan familiar y amigable. En tan solo seis meses ya lo siento como mi segunda casa”.

Angélica María Guerrero Vásquez / Foto: Colegio Monterrosales