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Dueña de restaurante chino desmiente que esté vendiendo carne de perro

La administradora del restaurante China Town, Wendy Osuna Ríos, aclaró que su restaurante no vende carne de perro, y que las fotos que fueron viralizadas por redes sociales muestran a un camuro, un animal semejante al cabro y la oveja, y que es considerado una comida exótica típica en Santander.

En entrevista al medio El Regional, Osuna explicó que los camuros se compraron para un evento en donde les pidieron un plato típico de la región.

La mujer señaló que los animales fueron comprados en la Plaza de Mercado de San Gil, y durante su preparación es necesario quemar su pelaje para que conserve el sabor de la carne.

“Queman el cuero para que el sabor quede más. Es una costumbre que ellos tienen. De esta reunión quedó un pernil que tenemos refrigerado y cuando vinieron las autoridades encontraron este pernil”, indicó la administradora.

Wendy Osuna además aseguró que las autoridades no se llevaron ninguna muestra de la carne que había en el restaurante, por lo que se sintió desconcertada frente a las versiones que indican que se iba a indagar sobre la procedencia d ela carne para establecer de que animal se trata.

“El tema de que van a mandar a investigar carne en algún lado no sé qué será, porque no se llevaron nada. Lo que dicen, de que la carne no tiene procedencia, aclaramos que fue en un negocio de la Plaza”, dijo la mujer.

Osuna agregó: «Queremos aclarar que no es cierto lo que están difundiendo. Ya contratamos a un abogado capacitado para que nos respalde. Tenemos pruebas, tenemos el pernil, las autoridades no se llevaron nada y las cámaras de seguridad registraron cuando ellos vinieron”.

Las versiones sobre supuesta venta de carne de perro en el restaurante se viralizaron en redes a causa de una publicación realizada por la periodista animalista, Rosa Juliana Herrera, quien compartió las imágenes que supuestamente servirían para probar de la preparación de la carne de caninos en el mencionado restaurante.

Tras recibir la denuncia, la Policía Nacional y funcionarios de la Secretaría de Salud clausuraron el local para enviar la carne al Laboratorio de Salud Pública Departamental y determinar a qué animal pertenece.

Además las autoridades evidenciaron que los productos cárnicos que empleaba el restaurante no contaban con la documentación requerida.

«Se tomó una medida de clausura temporal junto con decomiso de productos que se encontraban en mal estado y no contaban con documentación de procedencia de los productos cárnicos comestibles», indicó Luis Gabriel Urrea de la secretaría de Salud.

El funcionario agregó que «Estamos en ese proceso, verificando donde fue adquirida la carne y todo lo relacionado con los productos cárnicos encontrados durante la visita. El proceso de inspección y control sigue, con el fin de evitar problemas de salud pública individual y colectiva, orientadas a eliminar o minimizar daños o alteraciones a la salud humana».