Los casos se registraron en Tumaco – Nariño y Cúcuta – Norte de Santander, donde madres de familia le suministraron Tramadol a dos menores, una niña de seis años y un niño de dos, creyendo que se trataba del purgante Albendazol. En ambos episodios las cajas iban marcadas con el nombre del purgante pero en su interior iban frascos truncados.

El primer caso fue confirmado por la alcaldesa de Tumaco, Emilsen Angulo, quien reveló que la mujer fue a una droguería en busca de Albendazol, un medicamento para desparacitar, pero terminaron vendiéndole Tramadol.

“Al final de la tarde me llamó la gerente (del Hospital Divino Niño) y me dijo que había llegado una niña de 6 años con somnolencia, avanzando en la investigación y conversando con la mamá de la niña, nos dijo que ella acudió a una droguería en busca de albendazol, para desparasitarla”, indicó la mandataria tumaqueña en entrevista con la emisora Blu Radio.

La alcaldesa prendió las alarmas al advertir que cuando le solicitaron a la madre de la niña afectada los frascos de la medicina «la caja dice albendazol y el contenido dice tramadol”.

“Creo que eso va a la hora de la logística del empaque. En Tumaco organizamos operativo para acudir a la droguería para revisar si este sitio cuenta con las condiciones legales para operar”, indicó la mandataria.

Angulo puntualizó al medio radial que “También vamos a pedir que se analice todo el lote, el Ministerio de Salud debe tener cuidado y el farmaceuta a la hora de la logística de empacar”.

Por su parte, en Cúcuta – Norte de Santander, la señora Mariela Páez, denunció que la Eps Medimás le formuló un antiparasitario para su hijo de dos años, y al reclamar el medicamento éste no le fue suministrado por las prestadora de salud, por lo que fue a una droguería ubicada en la Ciudadela Juan Atalaya para comprarlo.

Pero al momento de suministrarle el producto, la madre logra percatarse que aunque la caja del medicamento decía Abendazol, el frasco contiene unas gotas de Tramadol.

En entrevista con la emisora Caracol Radio la señora indicó que “yo fui a comprar la medicina y me encontré con que no era jarabe sino gotas y llevaban por nombre Tramadol, recordé lo de los niños y me dio mucha angustia”.

agregó que “luego de este hecho me asusté mucho, y me fui a llevar el producto a la Secretaría de Salud”.

Tras presentarse la situación, la mujer interpuso la queja correspondiente ante el Instituto Departamental de Salud.

Estos dos casos se conocen tras la muerte, la semana pasada, de dos niños de 7 y 10 años de edad en Bogotá, quienes fueron víctimas de una confusión de medicamentos por parte de una empleada de las droguerías Cruz Verde, que confundió un purgante con Tramadol.

La mamá de los niños víctimas indicó que el pasado lunes 20 de enero acudió con sus dos hijos a la farmacia para reclamar un purgante que les había sido recetado por el pediatra.

Sin embargo, la auxiliar le entregó a la mujer tabletas de Tramadol, un medicamento usado para aliviar fuertes dolores que, suministrado a niños, pone en riesgo la vida de estos.

Sin percatarse del cambio de medicamento, la madre se lo suministro a sus hijos, que inmediatamente comenzaron a sufrir los graves efectos.

El niño de 7 años murió en la noche del martes y poco después falleció su hermano, de 10.

El Tramadol es un analgésico opioide que afecta el sistema nervioso central y en sobredosis puede ocasionar depresión respiratoria grave.

Lo inexplicable es que ni el nombre ni el empaque de este medicamento se parecen al purgante que le habían recetado a los menores.