Bogotá

Desde Concejo advierten que «enorme hueco financiero» pone en riesgo a los Hospitales del Distrito

El concejal Armando Gutiérrez González, en debate de la Comisión de Hacienda, manifestó su preocupación por la suerte que están corriendo en materia financiera los servicios de salud en Bogotá.

“Existe un alto número de cuentas por cobrar y ese déficit financiero va a incidir directamente en la prestación de los servicios” expresó el cabildante.

Tras más de 26 años de la expedición de la Ley 100 por la cual se creó el Sistema de Seguridad Social, sus resultados son precarios, persisten las barreras de acceso y hay enormes deudas entre los actores del sistema[1], hoy casi la mitad de los hospitales públicos de todo el país (42%) se encuentran en riesgo financiero, a pesar que la salud se consagró como derecho fundamental.

Durante abril de 2019, el Ministro de Salud de entonces, señaló que el mayor problema que enfrenta el sistema son los múltiples y profundos huecos financieros y el desequilibrio en la calidad y la prestación asistencial. Ante la difícil situación financiera por la que atraviesan los hospitales de todo el país, hizo un llamado a los gerentes y a las juntas directivas de las entidades hospitalarias para que revisaran sus cuentas y establecieran verdaderamente a qué monto asciende la cartera que les adeudan las EPS.

Haciendo un análisis de los estados financieros (ver ilustración 1), el concejal encontró que durante el primer semestre de 2016, antes de la fusión y creación de las Subredes, los 22 hospitales de Bogotá presentaron una pérdida por -$45.669 millones, destacándose los hospitales agrupados en la Subred Sur con una participación del 36%.

Del 1 de agosto a 31 de diciembre de 2016, ya fusionados los 22 hospitales en las 4 Subred integradas de Servicios de Salud (SISS), continuó la pérdida en todas ellas, esta vez con mayor representación en la SISS Centro Oriente con el 35%.

Para la vigencia 2017, la red integrada continuó con déficit por -$20.102 millones, teniendo mayor incidencia la SISS Sur con pérdidas por -$75.087, representando una participación del 375%.

Durante la vigencia 2018 la situación se agravó, pues persistió el déficit en la red hospitalaria, por valor de -$149.524 millones, con la mayor participación de la SISS Sur con el 39%, seguido de Norte con el 33% y Sur Occidente con el 28%.

Mientras que en el 2019 (1 de enero a 30 de septiembre), el resultado integral de la Red Pública arrojó una pérdida de -$35.228 millones; producto del resultado negativo de 3 de las 4 SISS, con mayor representación de la SISS Centro Oriente.

El sistema de salud colombiano y el distrital se enfrentan a una grave situación financiera, este último con resultados negativos en sus estados financieros debido principalmente a la pérdida de recursos en cuentas por cobrar (dinero que les deben pagar las EPS a los hospitales por la prestación de servicios en salud).

Se consolidó la información de las cuatro subredes durante 2019, arrojando el siguiente resultado: Activos totales por valor de 2.2 billones, pasivos de 630 mil millones y un patrimonio de 1.6 billones de pesos. El problema claramente no son las deudas de los hospitales, por el contario está en los activos y en el dinero que no se les está pagando para que funcionen óptimamente, cuya responsabilidad recae por completo en las EPS. Como se verá a continuación, se tiene incertidumbre sobre la existencia –y el recaudo- del 23.04% del total de los activos de las Subredes Integradas de Servicios de Salud.

Del 1.1 billones de pesos de cuentas por cobrar de las cuatro subredes, 516 mil millones, que equivalen al 46.14% del total de las cuentas por cobrar, pertenecen a cartera de difícil recaudo; es decir que se presenta incertidumbre para su recuperación (deudas de difícil recaudo corresponden a las obligaciones mayores de 360 días, en donde están incluidos saldos con entidades liquidadas, devoluciones de facturas y glosas). Asimismo, subredes como: SUR OCCIDENTE E.S.E. y SUR E.S.E., presentaron un mayor porcentaje de cartera de difícil recaudo.

“Esta situación pone en evidencia que casi la mitad de los recursos que hoy tienen en déficit a las subredes es probable que no sean pagados por las EPS. Nos cuestionamos entonces quién va a asumir esa deuda” aseguró el concejal vocero de la Bancada Liberal.

Lo anterior conlleva a: 1. La no recuperación oportuna de recursos incide negativamente en un flujo óptimo de caja para atender las obligaciones de las subredes, cuya misión principal es la prestación de servicios de salud a los ciudadanos(as). 2. El no contar oportunamente con estos recursos -o su pérdida- origina resultados negativos año tras año, poniendo en riesgo la estabilidad financiera de estas entidades.

Los pacientes son los directos afectados

En donde más se evidencia el problema es en la congestión de las centrales de urgencias de la capital. Muchas personas acuden a los servicios de urgencias, sin que los requieran, por la ineficiencia en la asignación de citas por parte de las redes o de las EPS, generando congestión en la atención que debería ser prioritaria para pacientes con cuadros médicos más graves. En el Distrito la tasa de sobreocupación de urgencias oscila entre el 96% y el 101% y se presenta en los tres niveles de atención (baja complejidad, media y alta).

Otro de los aspectos gravemente afectados por el desfinanciamiento de la red hospitalaria tiene que ver con la infraestructura, pues persiste un rezago en diferentes aspectos: la construcción, el mantenimiento, la adecuación y la dotación de los hospitales de la ciudad. Muestra de dichos retrasos es la construcción de la Torre de Urgencias del Hospital de Kennedy que lleva más de 16 años en proceso.

El detrimento patrimonial que supera los miles de millones de pesos afecta directamente el bienestar de la ciudadanía, por lo que hacemos un llamado urgente a la Administración de la alcaldesa Claudia López para que tome las medidas correctivas que den solución al déficit financiero.

Es necesario garantizar un mayor nivel de recaudo en un menor tiempo, pues las subredes pueden tardar hasta nueve meses en contar con estos recursos, mientras que el plazo para pagar a los proveedores es significativamente inferior (hasta tres meses).

Por último, no es aceptable que el gobierno Nacional plantee acudir a recursos públicos de los ciudadanos para pagar deudas de las EPS sin responsabilidad y consecuencias jurídicas para las mismas. Esos son pañitos de agua tibia para una enfermedad terminal.