El 22 de octubre de 2011, los uniformados del Batallón de Selva No. 53 del Ejército, sufrieron un ataque por parte de las Farc con fuego, armas artesanales y demás objetos que quedaron enterradas en tierra. Hoy en día, una de ellas es símbolo de paz, perdón y reconciliación en Nariño.

En ese atentado murieron un teniente, un cabo y ocho soldados a quienes se les rinde homenaje en la Eucaristía. Hace cuatro años el padre Luis Fernando Franco, capellán de la Brigada 23 del Ejército Nacional, encontró un cilindro que, cada año, se exhibe en el altar como un mensaje de paz y reconciliación “hemos querido adorar a Jesús desde un cilindro que fue tirado a una base militar donde murieron 10 militares, ese fue uno de los artefactos que en su momento las Farc tiró a la base y produjo la muerte de los uniformados. Este objeto, que sirvió en un momento para matar y para sembrar el terror, hoy en nuestra capilla lo utilizamos para colocar a Jesús en la eucaristía y todos adoramos su presencia”.

Este símbolo sirve para conmemorar la vida de muchos militares que se han perdido a lo largo de todos estos años de conflicto armado. El religioso afirmó “este cilindro que ustedes ven totalmente retorcido fue puesto por las Farc y hace cuatro años estuve de visita en esa base y mirando en medio de un cafetal encontré el cilindro que sirvió para la muerte, pero que hoy alberga en su interior no la muerte, sino la vida de Cristo”.

El país vivió una guerra por más de 50 años y que ese tipo de objetos fueron el terror de muchos compatriotas, pero Franco sabe que su misión es lograr una resignificación este tipo de objetos para empezar de cero un momento de paz y reconciliación en el país.