Opinión

Pasabocas y entremeses

mauricio-botero-caicedo Por Mauricio Botero Caicedo

Según la prensa, las Farc durante el supuesto cese unilateral del fuego realizó cincuenta y dos acciones militares, es decir, cerca de una diaria incluyendo navidad y año nuevo. Para muchos analistas, “el decomiso de explosivos en Bogotá y las denuncias sobre rearme en Ecuador coinciden con la tesis de que esa guerrilla quiere valorizar su alto el fuego”.

Los obnubilados adalides de la paz pueden decir lo que les de la gana, pero ante esta horripilante ofensiva terrorista que incluye los preparativos para la oleada de ataques que nos depara los próximos meses, solo se puede concluir dos alternativas: la primera es que lo de la tregua eras un montaje, una burda farsa que sencillamente confirma la mala fe de los narcoterroristas, porque hablar de ‘cese al fuego’, y de manera simultánea perpetrar cada día un ataque terrorista, no es serio. La segunda explicación tiene que ver con las afirmaciones del ex – diputado y secuestrado Sigfredo López en que afirma, sin tapujos, que sólo el 30 por ciento de este grupo terrorista esta sentado en La Habana. Se deduce que el otro 70 por ciento sigue llevando a cabo acciones terroristas, secuestrando, y traficando drogas.

Las cincuenta y dos violaciones a la tregua son un grito de alarma al gobierno: o está negociando con tramposos y embusteros; o por el contrario esta negociando con alguien que dice representar lo que de hecho no representa. O se dan las dos circunstancias de manera paralela. Cualquiera de las tres alternativas reviste una enorme implicación para el futuro de las conversaciones de paz.

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Designar a las personas inadecuadas a adelantar labores para las cuáles no están calificadas, obviamente acarrea consecuencia funestas. Para la muestra dos botones: La alcaldía de Petro designó una comisión de tres para examinar la flota de camiones usados que hacen parte del nuevo modelo de recogida de basuras de la capital. Dentro de esa comisión estaba Selma Asprilla, ingeniera agrónoma y hermana del secretario de Gobierno del Distrito, Guillermo Asprilla. En la comisión también estaba Fabio Murcia, ingeniero mecánico y funcionario de la EAAB. Mientras que la ingeniera agrónoma recomendaba arrendar los vehículos (sin ni siquiera percatarse de los riesgos al ecosistema de unas plantas que traían los camiones chatarra), Murcia, conocedor de mecánica, recomendaba no hacerlo dado el pobre estado de la pequeña muestra que examinaron, señalando adicionalmente que dicha muestra no era representativa de los 60 camiones. ¡Ojalá que las autoridades de control, conscientes del daño al patrimonio de la ciudad que implica la traída de esa basura disfrazada de camiones, no se amilanen y procedan cuanto antes a elevar los cargos a los responsables de este descalabro!

Por otro lado, para hacer un recuento de la situación de Venezuela, El Espectador designa a un poeta, William Ospina. A través de los años, los dictadores, especialmente los de izquierda, han despertado una profunda fascinación en cierto tipo de intelectuales y uno que otro personaje de la farándula. (No se puede olvidar las venias que durante muchos décadas le hacía Gabo al fósil de Fidel. Oliver Stone y Sean Penn, un par de mediocres saltimbanquis de Hollywood, se derriten en elogios de Chávez). El resultado de los reportajes de Ospina era de esperarse: no se cansa de elogiar a Chávez y a esa estúpida entelequia denominada “socialismo del siglo XXI”. Solo nos imaginamos que el próximo paso de nuestros medios es enviar a una manicurista a cubrir el conflicto en Siria.

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