Opinión

Farsa en tres actos

mauricio-botero-caicedo Por Mauricio Botero Caicedo

Acto número 1:

Los bandidos de grupo narcoterrorista autodenominado Farc, con la premeditación y alevosía que caracteriza su actuar, secuestran a dos policías en el sur del Valle del Cauca. Los voceros de las Farc niegan que se trate de un secuestro y afirman que han capturado dos ‘Prisioneros de guerra’.

La Policía Nacional, al igual que los otros miembros de las Fuerzas Armadas, además del mandato constitucional de proteger la vida, honra, y propiedad de los ciudadanos, tienen la obligación de actuar en contra del narcotráfico, indistintamente sea perpetrado por la guerrilla, los paras, o las ‘Bacrim’. Dado que la Farc y sus aliados son el mayor cartel de droga del país, es absolutamente obvio que sistemáticamente tengan enfrentamientos con la Policía Nacional.

Cuando el número de terroristas es sustancialmente mayor a que los policías, las Farc (o sus esbirros ya que no tienen reato en utilizar la delincuencia común para plagiar) secuestran a los agentes del orden público cuyo único delito es ejercer el deber. (Lo que no podemos es entrar, cómo insinúan algunos columnistas, en la imbecilidad de equiparar el defender la ley con ser amigos de la guerra.)

Acto número 2:

Para las Farc la captura de ‘prisioneros de guerra’ es una operación que encaja dentro del conflicto (‘guerra’) que libran en contra del Estado. Haciendo óbice momentáneo de la ridiculez de tratar de ‘guerra’ los intentos de diez mil narcoterroristas de someter por la fuerza a 46 millones de colombianos, es insólito es que pretendan disfrazar el secuestro con la captura de ‘prisioneros de guerra’. ¿Por qué buena parte de los medios, un número importante de columnistas, y la mayoría de la ONG’s de izquierda, no aceptan, o entienden, el papel constitucional que juega la Policía Nacional y demás representantes del Estado y la sociedad? ¿Acaso la Policía – en aras de paz – debe suspender de inmediato sus acciones en contra del narcotráfico y de la extorsión?

Ante el secuestro de los dos policías el gobierno aumenta las acciones en contra de los narcoterroristas y deja entrever que las ‘Conversaciones de Paz’ en La Habana pueden estar comprometidas. Las Farc reculan y anuncian la liberación de los secuestrados por razones ‘humanitarias’. No se retractan, sin embargo, en que se trata de la liberación unilateral de ‘prisioneros de guerra’

Acto número tres:

Se monta por enésima vez un ‘show’ mediático para la liberación de los dos policías, montaje publicitario liderado por Piedad Córdoba y los ‘Colombianos y Colombianas por la Paz’, con la presencia (¿complicidad?) de la Comisión Internacional de la Cruz Roja. Se convoca a los medios y a las ONG’s de izquierda como testigos de este inigualable acto de generosidad de la guerrilla, todo ello en aras de la ansiada paz.

La entrega de los Policías, entre las vivas y los aplausos de los promotores del ‘show’, es reseñada de manera bobalicona por la totalidad de los medios, muy especialmente por los noticieros. Piedad Córdoba y los ‘Colombianos y Colombianas por la Paz’, logran darse otro gratiniano ‘baño de popularidad’.

(Escribir este artículo no fue nada difícil ya que se trata de un ‘refrito’: con muy leves cambios es exactamente lo mismo que los narcoterroristas de las Farc han hecho en el pasado, están haciendo en el presente, y van a seguir haciendo en el futuro. ¿Y por qué se permite que esta burda farsa, este vulgar ‘refrito’, se repita de manera indefinida? Si tuviéramos la tercera parte del carácter de los españoles que no toleran el terrorismo de la ETA, especialmente los secuestros, no estaríamos donde estamos, pero la indiferencia de los colombianos de bien ante el secuestro y la complicidad de los medios que en lugar de actuar de manera enérgica en contra de los ‘shows’ mediáticos que montan Piedad Córdoba y los ‘Colombianos y Colombianas por la Paz’, siguen dándole cubrimiento ilimitado, fomenta, incentiva, y perpetua estas farsas. Del infernal ciclo de secuestro, ‘show’ mediático, liberación, nunca vamos a salir dado que el precio de la pusilanimidad es alto.)

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