La Nota Opinión

Adios al amigo del corazón maravilloso

Raul Galofre1 La Nota Por: Raúl Galofre
Los vallenatos siempre han exaltado la amistad, el amor, las mujeres y las cosas buenas de la vida; pero también los momentos duros que ella nos depara. Como cuando dicen, por ejemplo, que los recuerdos son nostalgias que nos quedan del pasado; o que es verdad que el tiempo que se va no regresa y solo queda el recuerdo de las cosas queridas. Como también dicen los vallenatos: esto va con sentimiento.

De Fernando Corredor y de sus múltiples anécdotas es mucho lo que se puede decir entre otras porque nunca pasó desapercibido, dueño como fue de un extraordinario don de gentes y una multifacética personalidad. Sin embargo hoy quiero hacerle un pequeño homenaje a algo muy especial suyo que tuve el privilegio de conocer y sentir de cerca: su gran corazón. En las duras y en las maduras, Corredor siempre tuvo un corazón muy grande, un corazón maravilloso.

Durante un trecho de nuestras vidas, por las tardes antes de iniciar su programa Al Aire con Corredor en el estudio de Radio Santa Fe sonaba el estribillo de una canción que le encantaba oír y le ayudaba a inspirarse en esas encarretadas inolvidables que solo él fue capaz de improvisar. Aunque cantar no fue precisamente su fuerte, imaginémoslo por un instante allá arriba o donde quiera que esté tarareando los versos de esa melodía:

Maravilloso corazón, maravilloso / su compañero en los caminos de la vida / siempre a su lado en esas horas de tristeza / siempre consigo en los momentos de alegría.
Maravilloso corazón, maravilloso / te agradecemos su amistad, su compañía / fuiste su amigo en el dolor, su confidente en el amor / hay que decir que sin ti no sé que haría.
Maravilloso corazón, maravilloso / cuántas locuras y aventuras compartidas / cuántos recuerdos imborrables que quedaron / de los amores y pasiones tan vividas.
Maravilloso corazón, maravilloso / fue tan feliz disfrutando tus latidos / cuando más vida te pidió, cuando el cangrejo apareció / porque por algo siempre fue tu consentido.
Maravilloso corazón, maravilloso / no dejes nunca de soñar te lo pidieron / ni dejes nunca de evocar sus emociones / si es de emociones que los dos siempre vivieron.
Maravilloso corazón, maravilloso / fuiste la llama anidada en su gran pecho / para que siempre exista amor, para llevarlo a donde esté / Te damos gracias por lo bien que tu lo has hecho.
Maravilloso corazón, maravilloso …
Qué vaina! Se nos fue para siempre el mejor amigo y el más querido, el amigo de la risa franca y el corazón maravilloso. Qué recuerdos y qué vivencias tan gratas e imborrables nos deja. Y por eso mismo que vacío tan grande el que nos queda y que definitivamente no hay ni habrá como llenarlo. Amigo, adiós!

Los comentarios están cerrados.