Opinión

Payaso, torpe y tramposo

mauricio-botero-caicedo Por Mauricio Botero Caicedo
La campaña presidencial en Estados Unidos tiene un nuevo ingrediente: Donald Trump, un candidato que aspira a la primera magistratura por el Partido Republicano.

El señor Donald Trump reúne en una sola persona tres poco atractivas cualidades que lo hacen sobresalir sobre los demás candidatos: es un payaso; es un torpe; y es un tramposo…o un trumposo para ser más precisos.

Donald Trump es un payaso. Con su peinado ‘Pompadour’, sus comentarios fuera de tono, sus frecuentas ataques contra todo lo que representa diversidad, sus cursilerías sin limites, sus proyectos inmobiliarios de un ‘nuevo riquismo’ desmedido, su insultante lobería, su grosera ostentación de riqueza, y su afán de protagonismo encajan a Trump dentro de la definición clásica de lo que se denomina payaso.

Donald Trump es un torpe, porque sólo un hombre químicamente torpe es capaz de hacer, y posteriormente reiterar, declaraciones incendiarias e infundadas contra los mexicanos en concreto, y los hispanos en general. Hombre ignorante hasta el tuétano de sus husos, Trump desconoce que los hispanos están al borde de convertirse en la principal fuerza electoral en Estados Unidos, por encima de los afro descendientes. El que alguien pretenda que puede llegar a la presidencia de EE.UU habiéndose echado encima a la población hispana, hace gala de una singular ignorancia. Pero aún haciendo abstracción del tema político, para cualquier empresario el enemistarse con los hispanos puede tener un costo enorme. No me cabe la menor duda que un enorme número de empresas, tanto en EE.UU como en Hispanoamérica, siguiendo el ejemplo de NBC y Slim, van a cortar todos y cada uno de los lazos comerciales que los unan a la ‘Organización Trump’.

Donald Trump es un tramposo. Sus frecuentes quiebras han tenido principalmente un propósito: defraudar a los acreedores. Hoy Trump es una persona rica…muy rica. Pero para llegar a dónde está, Trump ha dejado a un número importante de acreedores en ascuas. La ley en EE.UU es laxa con los tramposos frecuentes. Pero tarde o temprano, a Trump le van a sacar los ‘trapitos al sol’.

Pero es bueno que los estadounidenses tengan a ese payaso en el abanico de posibles candidatos: los va a distraer de los inmensos problemas que los gringos van a tener que enfrentar en la próxima década, siendo el terrorismo de ISIS sólo uno de ellos.

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