Opinión

LA VIDA: MANUAL DEL USUARIO

Carlos Fradique Por:Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (56)
En todos los hogares existen pequeños libros que nos orientan para que les demos el mejor uso y obtengamos los mejores beneficios de las máquinas que tenemos a nuestro servicio. Se conocen con el nombre de manuales del usuario. Si bien es cierto que casi nunca los consultamos, cuando una de esas máquinas de daña y reclamamos por garantía la mayoría de las veces no recibimos este beneficio porque los daños se deben AL MAL USO de la máquina.

Enchufamos mal el equipo de sonido, no cambianos el aceite al carro en el término debido, el celular se usa para enviar mensajes y tomar fotos en tanto que lo desperdiciamos como teléfono que es para lo que lo compramos.

Se me ocurre que de todas esas máquinas hay una que es maravillosa y difícil de superar: Es la máquina humana: Compleja, en muchos casos incomprendida y a la que solo le ponemos atención cuando presenta problemas graves y todo porque no leemos y no aplicamos lo que podríamos llamar LA VIDA: MANUAL DEL USUARIO.
Intentemos hacer un resumen de lo que podría ser este asombroso y útil manual.

Comencemos por recordar que, en lo esencial, el ser humano es cuerpo, mente, espíritu o espiritualidad, relación afectiva y relación social. Que el ideal es que esa máquina dure por lo menos 70 años y que en su etapa final tenga una vida útil digna. Y recordemos que la vida no tiene repuesto y que es irreemplazable. Tenemos certeza de que la vida es una y solo una. Hay esperanzas de que pueden haber otras vidas, pero solo son esperanzas. ¡Vivamos la realidad!

El primer deber del ser humano es no dar vida si no hay garantías de una vida digna para la nueva vida. La vida nueva no puede dejarse al azar, al crecimiento silvestre, al Dios proveerá, al sálvese quien pueda. No. Esta manera de pensar es tanto como vender máquinas domésticas sin un mínimo de control de calidad.

Este manual del usuario de la vida es muy general y como tal aplica a todos los seres de la especie humana. Hay que complementarlo con las especiales características de cada uno de nosotros. No será difícil si aceptamos hacernos una autoevaluación para corregir nuestras deficiencias y agigantar nuestras fortalezas.

Cada elemento esencial del ser humano es interdependiente de los demás. El ser humano es un sistema integral, pero esta verdad no es óbice para que miremos cómo se pueden cuidar cada una de sus partes.

El cuerpo debe cuidarse de tal manera que la enfermedad lo aceche lo menos posible. La buena y adecuada alimentación, el ejercicio metódico, el descanso, el aseo, el manejo de la respiración son definitivos para tener un buen componente de huesos, tejido muscular, moléculas, líquido sanguíneo y elementos químicos.

La parte mental puede ser más compleja porque no tiene forma corporal. Se vincula con el cerebro, más capaz que la más potente memoria tecnológica imaginada porque tiene gigas de almacenamiento sin límites. El cerebro debe ejercitarse permanentemente y el sano manejo del estrés es obligatoria para evitar patologías mentales.

La parte espiritual fortalece las ansias de vivir y de ser mejores cada día. La idea de un ser superior que llamamos DIOS nos fortalece. Pero hay que evitar los fundamentalismos. Para esta sana convivencia de las creencias hay que entender con sabiduría que todos los cielos son posibles y que todas las ideas de un ser superior son válidas, salvo que se considere que ese dios es castigador, dictador, vengativo y con capacidad para condenar a muerte a quienes no lo sigan.

La vida afectiva la relacionan con el corazón. Es una bella metáfora y aun cuando en la realidad no sea cierta no deja de ayudar. El amor, cualquiera que sea la idea que se tenga de ese sentimiento, la pasión, la atracción sexual cambian con el paso de los días y los años nuevos. La constitución de parejas es esencial para garantizar la subsistencia de la especie humana y debe hacerse bajo parámetros de responsabilidad y libertad. Hay que constituir la familia a su debido tiempo, sin apresuramientos.

La relación social, la relación con nuestros semejantes, la participación en la construcción de la sociedad, el liderazgo, son opciones para responder a la necesidad de satisfacer nuestra vocación de ser personas políticas en el más noble sentido de la palabra. Y en este contexto el respeto a los demás, el cultivo de los llamados valores humanos son cardinales para que nuestro entorno sea agradable y ofrezca medios dignos y recursos para satisfacer nuestras necesidades como seres humanos.

Su opinión es muy importante para la redacción final de este cuadernillo que llamo LA VIDA: MANUAL DEL USUARIO.
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