Opinión

¿A Dónde Vamos A Parar?

Por: Diego Calle Pérez.
CORTO Y PUNTUALon las universidades en paro y reclamando presupuesto para aumentar los cupos para estudiantes que brotan cada año con el título de bachiller y muchos de ellos, sin una técnica, que le otorga una bien pensada formación. La oferta en programas aumenta y sigue privilegiándose el pregrado en derecho, medicina, odontología y las nuevas ingenierías como nanotecnología.

Le seguimos dando mucho valor a la formación presencial y no entrenamos a los estudiantes-aprendices en conocer, leer y reflexionar ética y religión desde un programa virtual y con unas horas de práctica en un hogar geriátrico, como lo hacen en muchos países como Holanda, Finlandia y Dinamarca, nos quedamos pensando en Cundinamarca y todo se centra en Bogotá.

¿A Dónde Vamos A Parar? Con esa actitud de fecode y adida, -los grandes sindicatos de los profesores-, que deberían generar el verdadero cambio social, pero se sigue en las premisas y los paradigmas, desde las peticiones que le hacían al ministro de educación Luis Carlos Galán Sarmiento.

El escalafón docente de la básica primaria, secundaria y media vocacional, profesores de pregrado universitario deberían tener modificaciones dentro del presupuesto nacional. Los profesores de especializaciones, maestrías y doctorados deberían tener una revisión salarial, siguiendo los procesos con los que las universidades oficiales han venido aumentando, su déficit presupuestal, sacrificando otras necesidades más importantes. Teniendo presente que las universidades públicas deben de mejorar sus edificios y aulas de clases, con unidades de baños y brindar espacios acordes a las necesidades de la tecnología, para adecuar laboratorios y salas de lectura, para consultar los correos, el instagran, el facebook y las paginas web.

La educación colombiana esta en mora de hacer un alto en su desenfrenado afán de cumplir metas para el fondo monetario internacional y banco mundial. Es urgente aprovechar el momento coyuntural, para entrar a reflexionar con las universidades públicas, el perfil de las nuevas generaciones de profesionales, que necesita el país, dentro de la globalización de los nuevos mercados.

¿A dónde vamos a parar? Si la educación, la cultura, la recreación y el deporte siguen siendo las cenicientas del presupuesto nacional y por muchas marchas y consignas arengar, el cambio se debe generar en los currículos escolares, en rectores gestores de nuevos planteles de instituciones educativas oficiales y universidades que con el Sena hablen de transversalidades y entre ellas no sean competencia, sino complementos docentes-académicos para la investigación, la ciencia y la aplicación tecnológica.

¿A dónde vamos a parar? Retomando el titulo de la canción del mexicano Marco Antonio Solís, que nos invita a mermar el lenguaje beligerante de guerra entre discursos ideológicos y aportar para avanzar en un plan de desarrollo que pueda incluir, talleres y propuestas, para mejorar la educación nacional. ¿A dónde vamos a parar? Si cada 4 años volvemos a empezar, lo que ni siquiera habíamos comenzado a estudiar.