Gran preocupación ha provocado el hecho de que el agua que llega a las viviendas de los habitantes de Bogotá, tenga una apariencia amarillenta.

Sobre este tema la empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, informó que en algunos sectores de la capital colombiana se está experimentando un cambio de color en el líquido, pero que esto no afecta la potabilidad del mismo.

Según la entidad, el cambio se debe a que en estos momentos la capital se está abasteciendo de las reservas de la represa de San Rafael, porque en el sistema Chingaza se están haciendo revisiones y reparaciones de los túneles conductores desde la represa hasta Bogotá.

El cambio en el color del agua durará varios días, sin embargo la entidad descarta que el líquido no pueda ser consumido.