
El Consejo Constitucional francés dio su visto bueno el martes al polémico proyecto que eleva la edad del retiro de 60 a 62 años, lo que abre el camino para que el presidente Nicolas Sarkozy sancione la ley.
El organismo determinó que la medida, que dio lugar a semanas de huelgas y manifestaciones en todo el país, es conforme a la constitución.
El parlamento aprobó el proyecto el 27 de octubre, pero los partidos de oposición solicitaron su revisión por el consejo. Ahora, sólo resta la firma de Sarkozy para que el proyecto se convierta en ley.
Sarkozy se había jugado la reputación de su partido en un intento de aliviar la presión sobre el deficitario sistema estatal de pensiones.
Los trabajadores de sindicatos y otros opositores al aumento de la edad de jubilación interfirieron con el transporte aéreo y los ferrocarriles, generaron una grave escasez de combustible y la acumulación de basura en la sureña Marsella.
La reforma jubilatoria se suma a otras iniciativas de gobiernos europeos que buscan recortar sus gastos, a pesar de varios meses de protestas y huelgas contra las medidas de austeridad.
Esta semana, el gobierno socialista griego logró una leve ventaja en elecciones municipales, a pesar de haber forzado la aprobación de medidas antipáticas como los recortes salariales a los empleados públicos, congelamientos de pensiones y aumentos de impuestos.
La crisis de la deuda griega tuvo repercusiones en el sistema financiero global este año y llevó a que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional prometieran un crédito de rescate de 110.000 millones de euros (140.000 millones de dólares).
En unos pocos casos, las protestas contra los recortes tuvieron éxito.
En Austria, las manifestaciones estudiantiles y la oposición de la población obligaron al gobierno a reconsiderar un plan que adelantaría el final del apoyo financiero estatal a los hijos de los 26 a 24 años de edad.
AP


