
La justicia francesa decidió el miércoles pedir a Estados Unidos su acuerdo a una segunda demanda de extradición de Manuel Noriega presentada por Panamá a Francia bloqueando de momento la entrega del ex dictador autorizada por París y que se esperada para las próximas semanas.
La sala de instrucción del Tribunal de Apelaciones de Paris presidida por la magistrada Edith Boizette dio «dos meses de plazo» a las autoridades judiciales estadounidenses para responder a su pedido en vistas del acuerdo de extradición entre Estados Unidos y Francia.
Ese acuerdo permitió la extradición de Noriega a Francia en abril de 2010 tras pasar 20 años en una cárcel de Miami por narcotráfico, luego de su derrocamiento en 1989 durante una cruenta invasión estadounidense.
La magistrada fijó la nueva audiencia para el 16 de noviembre.
Esta decisión, rechazada por la defensa de Noriega y también por la Fiscalía, pone también entre paréntesis una audiencia prevista para el jueves en la cárcel parisina donde Noriega cumple una pena de siete años por el blanqueo de 2,3 millones de euros (3,2 millones de dólares) del cartel de Medellín en bancos de Francia en los 80.
El jueves, un juez de aplicación de penas debía pronunciarse sobre el pedido de libertad condicional con una medida de expulsión requerida por sus abogados. Una decisión favorable de ese juez y de la magistrada de la sala de Instrucción habría supuesto la extradición inmediata de Noriega a su país.
«Noriega seguirá siendo rehén de Estados Unidos y de Panamá en Francia», denunció Olivier Meztner, uno de los abogados del ex hombre fuerte de Panamá (1983-1989).
El abogado consideró «inverosímil» el hecho de que no se extradite a «alguien que ha expresado su voluntad de extradición (…) que tiene 78 años y está cada vez más enfermo».
Más envejecido y con dificultades para caminar, Noriega, que sin embargo no tenía mal semblante, permaneció de pie en una cabina para los detenidos, acompañado del otro lado de la mampara por una intérprete.
Notificado a fines de julio, Noriega prefirió no apelar su extradición, es decir que siguiera su curso.
Según Meztner la opinión de Estados Unidos «ya no es necesaria» puesto que en mayo se pronunció a favor de un primer pedido de extradición que dio lugar al decreto de extradición que en julio firmó el primer ministro francés, Francois Fillon.
Francia autorizó la extradición de Noriega por un primer pedido de extradición presentado por Panamá por el asesinato en 1985 del médico y opositor italo-panameño Hugo Spadafora, cuyo cadáver fue hallado decapitado.
El pedido de extradición tratado el miércoles y que Panamá presentó en marzo de 2011, se refiere al asesinato en 1989 del capitán Moisés Giroldi Vera.
En el mismo sentido que la defensa se pronunció la Fiscalía al considerar que una autorización para un segundo pedido de extradición «no tiene objeto» y por lo tanto pidió «acortar el procedimiento».
Peinado hacia atrás y vestido con un saco gris oscuro y una camisa blanca abrochada hasta el último botón, Noriega apeló a la «sabiduría» de la magistrada.
«Lo que han dicho los abogados es el pensamiento mío y espero su sabiduría en esta decisión», dijo brevemente el ex dictador panameño en la audiencia, a la que asistieron también una familiar y el cónsul de Panamá en París.
Panamá presentó un tercer pedido de extradición por el asesinato del sindicalista Heliodoro Portugal.
Militar de carrera que llegó al poder tras la muerte de Omar Torrijos en los 80, Noriega volvió tras la audiencia a la cárcel parisina de La Sante, lejos del hombre a quien Francia distinguiera otrora con la Legión de Honor. AFP


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