
Los palestinos celebran en Ramala y Gaza , mientras que los israelíes cantan y ondean banderas en Mitzpe Hilá, extremo Norte de Israel, donde miles de judios festejan frente a la vivienda del soldado Gilad Shalit.
“Es un día de victoria para el pueblo palestino”, declaró el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas al recibir a los suyos en la capital de Cisjordania, a la que llegaron más de un centenar de prisioneros puestos en libertad por Israel en un canje histórico con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
Abbas supo sumarse a la fiesta nacional y recibirlos en la mukata (sede de la ANP), dejando a un lado el difícil enfrentamiento que mantiene con el Gobierno islámico de Gaza.
Apelando a la “unidad nacional” Abbas debió tolerar que en su feudo se izaran las insignias del movimiento rival, la bandera verdiblanca a la que todos los palestinos agradecían sin tapujos la liberación de un millar de prisioneros.
Los primeros 477, entre los que destacan casi tres centenares de condenados a cadena perpetua en Israel, salieron martes de las prisiones israelíes; otros 550 lo harán en un par de meses.
“Hamas ha liberado a nuestros presos y por eso le estamos agradecidos, ahora es el momento de unificar esfuerzos y reunificar a todos los palestinos”, dijo Isa Karim, quien acudió a recibir a un amigo que llevaba varios años en una prisión israelí.
Ataviados con banderas de los distintos movimientos políticos palestinos, miles se dieron cita en el pequeño reducto de la mukata para recibirlos, vitorearlos, llevarlos a hombro a sus casas y agasajarles por el sacrificio que hicieron por la causa nacional palestina.
Imágenes más sorprendentes aún, y más teñidas de color político, las que se vivieron en Gaza en una de sus principales plazas.
Allí se reunieron más de medio millón de personas con miles de banderas verdes y los principales líderes en la franja: Ismail Haniyah, Mahmuz Azahar y Ahmed Behar.
En uno de sus discursos más apoteósicos de los últimos años Haniyah resaltó la importancia de la lucha armada y la dedicación a la causa nacional como senda para lograr las aspiraciones palestinas.
“Dijimos que no. Dijimos que mejor morir que dejarnos humillar”, señaló sobre la intransigencia que demostró su movimiento con Israel a la hora de negociar el canje durante los últimos años.
“El acuerdo que Hamas ha firmado es una fuente de orgullo para todo este pueblo”, proclamó entre los gritos de sus seguidores, y mientras a pie de la plataforma los 293 presos seguían abrazándose con sus amigos y familiares.
El canje incluye a otros 40 prisioneros que fueron recibidos en El Cairo por el jefe de la Oficina Política de Hamas en el exilio, Khaled Mashal, quien opinó que “el enemigo (Israel) sólo entiende el lenguaje de la fuerza”.
El tema de los prisioneros, de los que aún quedan en Israel alrededor de cinco mil, es uno de los asuntos más cruciales en las estancadas negociaciones de paz, porque los palestinos los consideran los héroes de su causa nacional.
Una visión que contrasta con la que de ellos tienen los israelíes, para quien se trata de terroristas que atacaron a sus civiles y militares con atentados en calles y centros de recreo.
El contraste quedaba matizado por el padre del soldado Shalit, que dijo “entender el dolor de las familias” que sufrieron el terrorismo.
La necesidad de liberar a cientos de atacantes palestinos dividió a la sociedad israelí y el propio primer ministro, Benjamin Netanyahu, reconoció, al recibir a Shalit en la base aérea del Tel Nof, el “dolor” que le causa dejarlos en libertad.
“No quería que acabara como Ron Arad”, justificó su decisión, refiriéndose a un piloto que en los 80 estuvo en sus mismas condiciones y acabó desapareciendo por la negativa del Gobierno israelí a negociar.
Desde Mitzpe Hila, ante decenas de cámaras, Shalit padre agradeció a Netanyahu y al Gobierno israelí el que hubieran puesto fin a la “lucha” por Gilad después de más de cinco años, y pidió a todos “volver a la normalidad”.
Con mil 943 días de cautiverio a sus espaldas, Shalit pasará ahora un proceso de recuperación física y psicológica hasta devolverle a la rutina, la misma que esperan los cientos de prisioneros palestinos.
Otro cambio que esperan los comentaristas es a nivel regional, ahora que Hamas e Israel han demostrado que pueden hablar y hasta llegar a un acuerdo.
Santa Fe con agencias


