
Las aldeas de Mabass y Makxy ubicadas al norte del país fueron víctimas de Boko Haram que además de los secuestros también asesinó a dos civiles y destruyó cerca de 80 viviendas.
El ministro de Información y portavoz del gobierno de Camerún, Issa Tchiroma Bakary, confirmó el ataque y aseguró que los milicianos se llevaron consigo a al menos 30 adultos, en su mayoría mujeres, y a unos 50 niños, entre los 10 y 15 años, cuyo destino es incierto.
«Estamos tratando con personas de barbarie, la gente fuera de la ley», dijo Bakary, tras considerar que «nada puede evitar su asesinato», según un reporte del diario nigeriano This Day, en su versión web.
El grupo ya había amenazado al presidente camerunés Paul Biya, diciendo que iniciariá atentados similares a los que se llevaban a cabo en Nigeria pero esta vez concentrados en territorio camerunés.