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Japón conmemora el cuarto aniversario del Tsunami de 2011

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Cuatro años después, los japoneses observaron hoy un conmovedor minuto de silencio en homenaje a las 18.500 víctimas del tsunami que el 11 de marzo de 2011 devastó las costas del noreste y provocó una catástrofe nuclear en Fukushima.

En Tokio, el emperador de Japón, acompañado por su esposa y el primer ministro presidieron una emocionante ceremonia en presencia de las autoridades de las regiones castigadas por el tsunami.

«Han pasado cuatro años desde el gran terremoto del este. No podemos olvidar las imágenes, realmente terribles, que vimos en ese entonces», dijo el emperador Akihito.

A lo anterior, el emperador Akihito agregó: «En esos cuatro años, en circunstancias penosas, todos lograron tejer vínculos, unir sus fuerzas, pero las situación sigue siendo difícil. Es importante seguir ayudándose».

En cada lugar donde hubo víctimas, se llevaron a cabo ceremonias con oraciones, lanzamiento de globos y encendido de velas.

De las 18.500 víctimas contabilizadas, unas 2.600 siguen desaparecidas, lo que impide a sus familiares cumplir serenamente con el duelo.

Se estima que más de 3.000 personas murieron tiempo después de la catástrofe, debido a las consecuencias del drama y a la degradación de sus condiciones de vida.

A pesar de los planes de reconstrucción, la ayuda institucional y los esfuerzos de empresas y voluntarios, las tres prefecturas más afectadas de la región de Tohoku (Miyagi, Iwate y Fukushima) no han logrado recuperarse en su totalidad.

El Tsunami, desatado por un sismo de 9.0 grados, azotó la ciudad de Fukushima causando el segundo accidente nuclear más grave de la historia después de Chernobyl en 1986.

El tsunami provocó explosiones en los edificios que albergaban los reactores nucleares donde fallaron los sistemas de refrigeración y emergencia, se registraron explosiones de hidrógeno en los edificios que albergan los reactores y se alcanzó la fusión del núcleo de los reactores 1, 2 y 3, liberando grandes cantidades de radiación al exterior.

Cuatro años después de la doble catástrofe, cerca de 230.000 personas siguen viviendo lejos de su morada, en alojamientos provisorios, en casa de familiares o centros médicos.