La Fiscalía de Estados Unidos pidió que el taxista Javier Bello Murillo, alias Payaso, quien es sindicado de asesinar al agente de la DEA, James ‘Terry’ Watson, en Bogotá en el 2013, se condenado a 65 años de años de prisión. Esta solicitud abrió el debate sobre las sentencias en ese país a colombianos extraditados.
El debate se da porque en Colombia la pena máxima es de 60 años y la idea es que los nacionales que comentan crimines en territorio nacional y sean extraditados no sean sentenciados a penas mayores a las contenidas en la legislación colombiana.
Sin embargo, fuentes oficiales en el Gobierno afirmaron al diario El Tiempo que la justicia de EE. UU. podría imponer la pena de 65 años a Bello Murillo, ya que la extradición que autoriza la Corte Suprema de Justicia no tiene esas limitantes. Al igual explicaron que en Colombia existen penas que pueden llegar hasta los 100 años.
Por su parte, el ministro de Justicia, Yesid Reyes, comentó en un entrevista al diario El Tiempo que cabe la posibilidad de que conductas como el homicidio en persona protegida o el tráfico de menores tengan previstas penas de prisión de hasta 90 años.
“Para mencionar otro ejemplo, el delito de lavado de activos, que, con todos los agravantes que se le han introducido, puede llegar a tener una pena de 118 años de prisión”, afirmó el ministro.
Por último, la Corte Suprema de Justicia sostiene que la pena para un colombiano extraditado no puede exceder la pena que tendría en su país.
“La pena no puede ser superior a los máximos de la legislación penal y el Gobierno debe velar por que eso se cumpla”, indicó el presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, José Luis Barceló.
Sin embargo, Barceló aclaró que el poder judicial en Estados Unidos es autónomo e independiente, por lo que puede fijar penas según su concepto.

