A propósito del glifosato: Recomiendan prohibir en Colombia todo tipo de fumigación aérea de herbicidas
–El Ministerio de Agricultura dio vía libre al uso del glifosato para controlar las malezas en los cultivos tradicionales esto es, los lícitos o legales. Sin embargo, expertos de la Universidad Nacional pidieron que se debe eliminar la aspersión aérea del glifosato y de todos los herbicidas.
“No hay que eliminar este herbicida en particular, sino la política absurda de aplicación aérea de cualquier herbicida”, afirmó el profesor Alejandro Chaparro, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional.
El catedrático indicó que la forma de aplicación del glifosato y de los demás herbicidas no debe hacerse a través de fumigaciones aéreas, pues la acción del viento lo dispersa en otras áreas naturales y genera un fuerte impacto sobre el ambiente.
Se calcula que en un año se usan 650 mil toneladas de glifosato en el mundo. En Colombia se han usado 10 mil desde que se iniciaron las aspersiones.
Comparado con otros herbicidas, el glifosato tiene ventajas, pues es fácil de usar y si se aplican las dosis adecuadas resulta eficaz para el control de malezas.
Este es el químico más usado y comercializado en el mundo. Por ejemplo, en el caso del arroz, inhibe una enzima que tiene relación con la fotosíntesis, lo que impide que la maleza crezca. También tiene aplicaciones en el proceso de maduración de la caña y el café, entre muchos otros cultivos lícitos.
El profesor Jairo Cuervo, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N., explica que mientras la fumigación en cultivos se está haciendo de tres litros por hectárea, la aplicación en cultivos ilícitos es de 12 litros por hectárea.
“El uso del producto en aspersiones aéreas es el que está generando la controversia. A 2005, apenas llevábamos nueve malezas resistentes al herbicida desde que se generó, pero el uso indebido ha creado más plantas que generan resistencias”, señaló.
Según el profesor Cuervo, de acuerdo con el Instituto Colombiano Agropecuario, existen 40 diferentes formulaciones de glifosato para la producción agrícola.
Asimismo, explicó que los plaguicidas usados en el cultivo de coca son de 10 a 100 veces más tóxicos que las mezclas utilizadas por glifosato. Para la hoja de coca se usan fungicidas que tienen los más altos grados de toxicidad.
Parte química del glifosato
Por su parte, Víctor Julio Flórez, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N., explica que el glifosato es una molécula parecida a uno de los monómeros con los cuales se construyen naturalmente las proteínas, tanto en los animales, como en las plantas y los microorganismos.
Esa molécula, llamada aminoácido, es de naturaleza ácida, y se neutraliza comúnmente, como todos los ácidos, con otra de carácter básico o alcalino, para formar una sal.
Las formulaciones comerciales implican la adición de otros componentes que, en general, reciben el nombre de adyuvantes, algunos con carácter de sulfatantes, los cuales facilitan la acción del herbicida sobre la maleza o la planta que se quiere erradicar.
Jaime González, profesor titular de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la U.N., indicó que uno de estos sulfatantes, llamado Cosmoflux, es un ácido graso que hace que la planta rompa el tejido vegetal y permita el ingreso del glifosato, para que este ejerza su influencia en el desequilibrio de la formación de proteínas y produzca la posterior muerte de la planta.
El Cosmoflux hizo que se elevara la categoría tóxica de este herbicida, de ligera a medianamente tóxico. Así, el glifosato que se aplica en cultivos ilícitos tiene Cosmoflux mientras que el que se compra en los supermercados agropecuarios no tiene este adyuvante. (Con información de Agencia de Noticias U.N.)