El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –Icbf-, informó que las directivas del Colegio Marco Fidel Suárez en el sur de la capital, no habían alertado sobre la situación de consumo, a sabiendas de que era un caso recurrente, según información emitida por los profesores, padres de familia y estudiantes del plantel.
“En este caso puntual no teníamos reporte de la situación. A lo largo del año este colegio nos ha venido reportando sobre cuatro jóvenes que ya tienen abierto Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos y están vinculados a uno de nuestros programas de Fortalecimiento Familiar y buen uso del tiempo libre. Ninguno de ellos resultó afectado con la inhalación”, dijo la directora Regional del Icbf en Bogotá, Diana Arboleda.
La funcionaria, además, explicó que en este tipo de casos se activa una ruta de atención que inicia en el mismo plantel y, según la complejidad del caso, interviene la Secretaría de Educación o el Icbf y la Policía de Infancia y Adolescencia.
“Es una situación lamentable y desde ayer (martes) estamos haciendo presencia tanto en el colegio como en el hospital, acompañando a las familias, a través de varios equipos de Defensorías de Familia, verificando los derechos de todos los menores de edad involucrados”, dijo.
Aparentemente un grupo de estudiantes del Colegio Marco Fidel Suárez, ubicado en la Carrera 25 con calle 52 sur, con graves problemas de drogadicción decidió “experimentar” con la letal mezcla y presionó a los demás compañeros a consumirla.
El plan de los alumnos estaba friamente calculado, pues se descubrieron mensajes en Facebook en el cual se amenazaba “al que se pusiera de sapo” y denunciara lo que se iba a hacer.
De acuerdo con un informe de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, algunos de los muchachos admitieron haber combinado no solo espuma de extintor, marihuana y una mezcla de gaseosa y alcohol conocida como “chirrinche”, sino también marihuana, pegante boxer y thiner, una verdadera “bomba” que causó la muerte de uno de los consumidores y dejó en estado crítico a 21 más, 13 de los cuales tuvieron que ser recluidos en el Hospital El Tunal y 8 en el Hospital Santa Clara.
Todos los estudiantes, con edades entre 12 y 16 años, cursan el grado sexto.
El secretario Distrital de Educación, Óscar Sánchez, consideró el hecho “un accidente doloroso”, y advirtió que se trató de un experimento que decidieron hacer los menores de ingerir sustancias, unos por curiosidad y otros por incitación de los promotores del mismo experimento.
Sin embargo advirtió: “El informe médico determinará exactamente qué fue lo que los menores consumieron. Es un accidente muy doloroso, lamentamos la muerte del menor, pero la mayoría de ellos ya están fuera de peligro”.
De acuerdo con algunos padres de familia de los estudiantes intoxicados, la situación presentada en el Colegio Marco Fidel Suárez poner al descubierto el grave problema de drogadicción que existe en este, como en otros centros educativos del sur de la ciudad.
Al efecto, señalaron que no hay ningún control de las directivas y profesores del colegio, ni tampoco de las autoridades distritales, frente al consumo de drogas.


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