En un operativo llevado a cabo por la Policía contra los ladrones de autopartes en el centro de Bogotá, se identificó a los receptadores de estos elementos y la cadena criminal que hacía que la delincuencia azotara a los conductores que circulaban por la Avenida Caracas.

De acuerdo con las autoridades, en la esquina de la calle 9 con carrera 16 se ubicaban los receptadores, que por 5.000 o 10.000 pesos les compraban a ‘los Cocheros’ lo que hurtaban de los carros y que luego ofrecían por hasta diez veces ese valor a las propias víctimas de los ladrones.

Por un espejo de vehículo de alta gama, que normalmente en un concesionario podría costar más de 100.000 pesos, los receptadores pagaban cerca de 10.000 pesos a los ladrones, la mayoría habitantes de calle.

La investigación de las autoridades permitió evidenciar que los encargados de comprar las autopartes robadas le enseñaban a los novatos en este delito cómo hurtarlas sin dañarlas y así poderlas vender.

De igual forma, la investigación de las autoridades evidenció que tanto los receptadores como ‘los Cocheros’ pagaban una cuota al grupo de ‘los sayayines’, encargados de vigilar y proteger la operación delictiva.

También las autoridades pudieron descubrir que ‘los sayayines’ vigilaban desde los tejados de la zona con la orden de accionar sus armas de fuego si algo o alguien alteraban el accionar de los delincuentes.