
El personero de Bogotá, Ricardo María Cañón, expresó estar preocupado por la falta de diligencia en las entidades de salud de la capital. Para el funcionario, el represamiento y la falta de atención atención a los usuarios va a colapsar el esquema.
De acuerdo con Cañon, en las EPS Cafesalud y Cruz Blanca, de 430 requerimientos no hay respuesta en los últimos 25 días de 300 de ellos, y en el caso de Capital Salud, de 160 requerimientos, hay 83 por los cuales no responden, en el mismo lapso de tiempo.
Según el funcionario, el ente de control ha redoblado los seguimientos y acompaña al ciudadano hasta que les resuelven sus requerimientos.
Desde el año pasado se ha venido presentando un incremento de las quejas, entre otros aspectos por el colapso en las salas de urgencia.
En Bogotá hay 55 en hospitales privados y 41 adscritas a los de la red pública (22 hospitales), según cifras de la Secretaría de Salud.
Sólo en los servicios del Distrito hay 760 camas. En cuanto a consultas, solo los servicios públicos de urgencias registran un promedio de 900.000 consultas al año.
Para el ente de control, es claro que las salas de urgencia no dan abasto, lo que se evidencia en imágenes como gente atendida en los pasillos y pacientes a los que su hospitalización se reduce a una silla.
Entre enero y agosto del año pasado, la mayoría de servicios de urgencia de la ciudad tienen este problema.
Se destacan el Hospital San Blas, con una sobreocupación del 88 %, seguido por el servicio en Engativá, con el 76 %; el de Bosa, con 73 %, y el de Meissen, con 63 %.