–El Vaticano resaltó en las últimas horas la jornada de «ayuno y oración por la paz y la reconciliación» que se cumple este martes en Venezuela, promovida por el Episcopado de este país.

L

os obispos de esta nación caribeña explican a través de un comunicado la difícil situación política, económica y social que está sufriendo el pueblo venezolano, y es por ello que invitan a tener en cuenta esta intención en todas las misas que se celebran es este día o en los diferentes momentos de oración.

“Es importante llamar a la calma y a la serenidad”, se lee en el comunicado donde también se recuerda que hay que rechazar todo tipo de violencia y delincuencia, dejando paso al perdón. Y es que la situación es tan crítica que los robos y agresiones están a la orden del día en las calles de Venezuela.

Con el hashtag #esportivenezuela, se puede seguir todos los pasos en las redes sociales de cómo se está viviendo este día de ayuno a través del cual también se espera que mejore la escasez de alimentos y medicinas y por ello también se pide para que Dios conceda “el don de la salud, de la fortaleza y del consuelo” a tantos que actualmente lo necesitan.

En el comunicado del Vaticano se destaca también el aporte de la Iglesia de Colombia y dice que ésta se muestra cercana a su país vecino.

“Busca estar cerca sea como sea a los venezolanos que cruzan la frontera para hacer la compra de productos básicos que escasean en su país”, como explica Monseñor Víctor Manuel Ochoa, obispo de Cúcuta a la agencia de noticia Sir.

Al principio fue un grupo de 500 mujeres las que cruzaron el Puente de Santander sobre el río Tachira a pesar de estar cerrada la frontera por decisiones políticas.

El ejercito las dejó pasar, y a los días se encontraron con 60 mil personas en el puente, y la semana siguiente fueron 120 mil los venezolanos que cruzaron el puente, señala Monseñor Ochoa como se forman colas interminables para poder comprar alimentos ante esta emergencia humanitaria.

Tanto la Iglesia Colombiana como la Venezolana insisten en abrir la frontera, “somos un mismo pueblo”, explica el prelado.