–Bajo el argumento de que «la coyuntura social y política es particularmente azarosa» y las perspectivas para el próximo año no son favorables, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, planteó este jueves que el incremento del salario mínimo para 2017 debería ser de 6,3 por ciento, en línea con la inflación proyectada para finales de este año. Esto es, “lo llevaría de los actuales $689.450/mes a $732.900/mes”, afirma.
Las precisiones las hizo la organización empresarial en un informe titulado «Reajuste del salario mínimo y los riesgos de la indexación», a propósito de que «en un par de meses se estará reuniendo la Comisión Tripartita (gobierno, empresarios y sindicatos) para discutir el reajuste del Salario Mínimo Legal (SML) que regirá en 2017».
Al efecto, señala que «la coyuntura social y política es particularmente azarosa»y seña las razones, entre ellas, que el Banco de la República (BR) estará perdiendo (por segundo año consecutivo) la meta de inflación (una desviación de +3pp, equivalente al 50% de desvío), que el país ha generado arreglos institucionales propicios a la indexación salarial y su escalamiento ya está teniendo efectos negativos sobre la tasa de desempleo, la cual se estará elevando del 8.9% en 2015 hacia el 9.5% en 2016.
Además subraya que las (extendidas) negociaciones de paz están generando “vías de hecho” que el gobierno mal haría en tratar de apaciguar adoptando posturas populistas en materia de reajuste del SML. Así, hoy más que nunca, el desafío consistirá en promover la generación de empleo formal, pero manteniendo el poder adquisitivo de los trabajadores colombianos, donde cerca del 60%-65% devengan el SML.
«Así, hoy más que nunca–puntualiza Anif–, el desafío consistirá en promover la generación de empleo formal, pero manteniendo el poder adquisitivo de los trabajadores colombianos, donde cerca del 60%-65% devengan el SML.
Advierte que los incrementos del salario mínimo desbordando las ganancias en productividad han vuelto a convertirse en un hándicap para la competitividad del país durante 2012-2016 y este nefasto expediente se estará repitiendo en 2017.
«Como si fuera poco, la competitividad del país en otros frentes también se ha deteriorado recientemente» y cita, por ejemplo, que el Foro Económico Mundial acaba de reportar que Colombia permanece estancada en el puesto 61 entre 138 países.
Y agrega: Allí continúa siendo preocupante el deterioro del país en pilares que ya deberían estar dando señales de avance, tales como: i) infraestructura (puesto 84, con una calificación de 3.7/7), donde las demoras en cierres financieros y ejecuciones de obras afectaron el período 2015-2016; y ii) estabilidad macroeconómica (53, con calificación de 5/7), debido precisamente al rebrote inflacionario y sus secuelas sobre la indexación salarial, reflejándose en el Costo Laboral Unitario.
Otras precisiones que hace el informe de ANIF, son las siguientes:
A nivel estructural, el mercado laboral colombiano presenta altas rigideces provenientes de: i) los elevados costos no salariales que entorpecen el proceso de formalización, los cuales bordean el 50% aun después de la reducción de 13.5pp ordenada por la Ley 1607 de 2012; ii) la restricción legal impuesta por la Corte Constitucional sobre el “mínimo vital” (Sentencia C-815 de 1999); y iii) la convergencia del salario medio hacia el SML, donde hoy cerca del 65% de los pagos vía PILA están en la franja cercana a 1 SML (vs. 54% en 2007) y un 87% en la franja hasta 2 SML (nivel similar al 88% de 2007). De esa manera, el salario medio equivale a 1.4 SML frente a una relación promedio de 2 SML observada en los países OECD.
Así, un incremento del SML del 6.3% para 2017 (en línea con la inflación proyectada para finales de este año) lo llevaría de los actuales $689.450/mes a $732.900/mes. Este incremento de costos salariales mermará aún más la generación de empleo, la cual registra expansiones de solo un 0.6% anual (enero-agosto de 2016) frente al 2.7% de un año atrás. Esta situación nos ha llevado a elevar nuestro pronóstico de la tasa de desempleo promedio hacia el 9.5% en 2016 (vs. el 8.9% observado en 2015).
Nótese cómo dicho ajuste del SML no contempla ninguna ganancia en Productividad Laboral (PL), en línea con lo reportado por el Conference Board, donde Colombia aparece inclusive con contracciones del -0.1% durante 2016. Con ello, la PL del país continúa estancada frente al promedio global (+1.5%) y magro consuelo resulta que se nos diga “tranquilos” que la PL de América Latina cae a tasas del -1.8%.
Dadas estas alzas en los costos laborales de Colombia y su estancamiento en productividad, resulta importante evaluar entonces el desempeño de
nuestro Costo Laboral Unitario (CLU). Recordemos que el CLU mide el balance que obtiene la firma al cotejar ese mayor costo laboral con el valor agregado añadido por cada trabajador empleado. Así, el CLU de Colombia se puede aproximar (para el grueso de los trabajadores) como la relación entre el SML en términos reales (deflactando por el IPP) y la PL ( = PIB-real/número de ocupados).
El gráfico adjunto ilustra el CLU de Colombia y de Estados Unidos, donde se observa que, durante 2008-2011, la brecha entre ambos países se redujo notoriamente, alcanzando Colombia su nivel más bajo de la última década. Ello debido a que el SML real registró incrementos del 0.8% anual durante dicho período, mientras la PL de Colombia lograba expansiones satisfactorias del 1.5% durante 2008-2011, gracias a que el PIB-real se expandía a tasas cercanas al 4% anual.
Sin embargo, durante el período 2012-2016, dicha brecha ha vuelto a ampliarse en contra de Colombia. Ello, debido a que los incrementos del SML
real del país superaron las ganancias en productividad en cerca de un 0.5% anual. Así, al finalizar 2016, la mano de obra en Colombia resulta con un CLU superior en un 2.8% al de Estados Unidos.
En síntesis, los incrementos del SML desbordando las ganancias en productividad han vuelto a convertirse en un hándicap para la competitividad
del país durante 2012-2016 y este nefasto expediente se estará repitiendo en 2017. Como si fuera poco, la competitividad del país en otros
frentes también se ha deteriorado recientemente.
Por ejemplo, el Foro Económico Mundial acaba de reportar que Colombia permanece estancada en el puesto 61 entre 138 países. Allí continúa
siendo preocupante el deterioro del país en pilares que ya deberían estar dando señales de avance, tales como: i) infraestructura (puesto 84,
con una calificación de 3.7/7), donde las demoras en cierres financieros y ejecuciones de obras afectaron el período 2015-2016; y ii) estabilidad macroeconómica (53, con calificación de 5/7), debido precisamente al rebrote inflacionario y sus secuelas sobre la indexación salarial, reflejándose en el CLU (antes comentado), concluye el informe de ANIF.

