–Con la recuperación de las «cajas negras», una que registra los diálogos de la tripulación y la otra que registra los instrumentos de vuelo, las autoridades aeronauticas colombianas, conjuntamente con sus similares de Brasil, Bolivia y expertos del fabricante del avión, se lograrán establecer con exactitud las causas de la tragedia del vuelo CP2933 de Lamia, en el que iba a bordo el equipo del futbol brasileño Chapecoense.
Así lo estableció el director de la Aerocivil Alfredo Bocanegra, quien advirtió que solo la investigación que está en marcha dirá si el avión cayó como consecuencia de una falla eléctrica total, como lo reportó a último minuto el piloto, o si fue por falta de combustible, como lo especulan algunos expertos, por el hecho de que la aeronave al chocar en tierra no se incendió.
La hipótesis del fallo eléctrico fue tácitamente refrendado por uno de los seis sobrevivientes del desastre: Ximena Suárez.
La azafata, oriunda de Bolivia, le dijo al gobernador de Antioquia, Luis Pérez, que cuando se acercaban a Medellín «las luces del avión se apagaron repentinamente» y que 40 ó 50 segundos después sintió el golpe.
“El avión se apagó por completo y tuvo un fuerte descenso, seguido de un gran impacto”, señaló.
El mandatario antioqueño señaló que esta es la única evidencia de que habría sido una falla eléctrica la que provocó la tragedia.
«No podemos aumentarlo o disminuirlo para no perjudicar la investigación», advirtió el gobernador.
El director de Aerocivil señaló que la tripulación no declaró la emergencia y que solo cuando se precipitaba a tierra reportó una falla eléctrica.
En cuanto a la hipótesis de la falta de combustible, los expertos señalan que la aeronave tiene una autonomía de vuelo de 3 mil 100 kilómetros y por lo tanto, venía al tope teniendo en cuenta la distancia que hay entre Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, de donde partió, y su destino final, Medellín, Colombia.
De acuerdo con las normas internacionales de aviación, toda aeronave debe tener una reserva de combustible mínima de hora y media para sortear cualquier dificultad en el vuelo, por ejempo, un cambio de destino por mal tiempo.
Fuentes del aeropuerto José María Córdova de la capital antioqueña afirmaron a medios locales que la tripulación del avión de Lamia reportó, a las 9 y 45 de la noche que tenía bajo combustible, por lo que solicitó a la torre de conrtrol que le diera prioridad en el aterrizaje.
Sin embargo, poco antes, el piloto del vuelo FC8170 de Viva Colombia, que cubría la ruta Bogotá-San Andrés, había reportado una emergencia por una fuga de combustible y pidió autorización para aterrizar de inmediato.
Esto hizo que los controladores del aeropuerto pusieran de segundo para un aterrizaje de emergencia al vuelo boliviano.
De hecho, este avión estaba a 21 mil pies de altura, por encima del vuelo de Viva Colombia, una altura no apta para realizar la operación de aproximación, que debe ser de 10 mil pies.
Como se ha informado ampliamente, el avión Avro Regional RJ85– de fabricación británica, de la aerolínea boliviana Lamia, con capital venezolano–, tenía a bordo 77 personas, en su mayoría integrantes del equipo Chapecoense, proveniente de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, chocó contra una montaña conocida como Cerro Gordo, entre los municipios de La Ceja y la Unión, ubicados al oriente del departamento de Antioquia, a menos de 10 minutos del aeropuerto de Rionegro, que sirve a la ciudad de Medellín.
Además de los jugadores, viajaban en el avión las directivas del equipo brasileño, 20 periodistas y algunos invitados, así como nueve miembros de la tripulación de nacionalidad boliviana.
De los 77 ocupantes, fueron rescatados 6 con vida. Además de la azafata Ximena Suarez, los sobrevivientes son el técnico del avión Erwin Tumiri; los futbolistas Alan Ruschel, de 27 años; Hélio Hermito Zampier, de 31 años y Jackson Follmann, de 24 años de edad; el periodista brasileño Rafael Henzel;
Al choque sobrevivió también el arquero del equipo Marcos Danilo, pero falleció cuando era trasladado a un centro asistencial de la región.
El boliviano Erwin Tumiri, dijo al diario «La Razón» de La Paz, que escapó a la muerte por haber seguido todos los protocolos de seguridad.
El club Chapecoense se disponía a jugar en Medellín el primer partido de la final de la Copa Suramericana frente al Atlético Nacional, cuyas directivas, técnicos y jugadores, pidieron entregar el título al equipo brasileño en homenaje póstumo.
«Puse unas cuantas bolsas entre mis piernas y yo estaba en la posición fetal, como se recomienda para los accidentes», dijo Rumiri, tras advertir que con la situación de pánico, muchos de los ocupantes comenzaron a gritar y dejaron los asientos.
El diario O Globo de Brasil publicó las fotos de los integrantes del equipo Chapecoense que perdieron la vida en el accidente:
Cuatro personas que se salvaron porque decidieron postergar su viaje o suspenderlo, son Luciano Buligon, alcalde de Chapeco, la ciudad sede del equipo Chepecoense; Plinio Nes Filho, dirigente del Chapecoense; Gelson Merisio, diputado de Santa Catarina e Iván Carlos Agnoletto, periodista.
El homenaje la víspera de los hinchas en el Estadio de su equipo Chapecó:
Así ingresaron los aficionados del #Chapecoense al estadio de su equipo #ForçaChape pic.twitter.com/fh4rUIkaE1
— Grada Digital (@GradaDigital) November 30, 2016






