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Aumenta la brecha de la desigualdad: 8 empresarios concentran la riqueza equivalente al ingreso de 3.600 millones de personas

–La organización humanitaria Oxfam asegura que ocho empresarios, seis de ellos estadounidenses, poseen una riqueza que equivale al ingreso de la mitad de la población del mundo más pobre, unos 3.600 millones de personas.

En el estudio, que Oxfam pulicó a propósito de la reunión en Suiza del Foro Económico Mundial, advirtió que la «súper concentración de la riqueza sigue imparable» y que el crecimiento económico «sólo beneficia a los que más tienen».

Los ocho empresarios poseen en conjunto un capital de 426.200 millones de dólares, un monto que equivale apenas el 59% de los recursos que se necesitan ($ 267.000 millones) para erradicar el hambre de forma sostenible para 2030, según reveló en el 2015 un informe conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Oxfam revela que el 1% más rico de la población posee más que el 99% restante, lo que evidencia que la brecha entre ricos y pobres «es más grande de lo que se temía».

El organismo basó sus cálculos en datos anuales del banco Credit Suisse Global -que muestra la distribución de la riqueza desde el 2000- y de la revista estadounidense Forbes, que todos los años muestra a los más ricos del mundo.

La lista la encabeza el estadounidense Bill Gates, cofundador de Microsoft, con un patrimonio de 75.000 millones de dólares, seguido del español Amancio Ortega, fundador de Zara, con $67.000 millones.

La tercera posición la ocupa el accionista Warren Buffett (EE.UU) con $ 60.800 millones y el cuarto puesto el mexicano del Grupo Carso, Carlos Slim, con $ 50.000 millones.

Después de Slim la lista la completa de forma seguida cuatro estadounidenses: Jeff Bezos, fundador de Amazon, con $ 45,2 millardos; Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, con $ 44,6 millardos; Larry Ellison, cofundador de Oracle, con $ 43,6 millardos; y Michael Bloomberg, dueño de la compañía homónima, con $ 40 millardos.

«La desigualdad social es una traba para la eliminación de la pobreza en el mundo», manifestó Jörn Kalinski, de Oxfam Alemania, quien llamó a generar una economía más humana e instó a los gobiernos a imponer mayores impuestos a las personas más ricas.

Oxfam advierte que la crisis de desigualdad está empeorando. El 82 por ciento de la riqueza creada el año pasado se destinó al uno por ciento más rico de la población mundial, mientras que los 3.700 millones de personas que conforman la mitad más pobre de la humanidad no obtuvieron nada.

Nuestra economía rota está ensanchando la brecha entre ricos y pobres. Permite a una pequeña élite acumular una gran riqueza a expensas de cientos de millones de personas, a menudo mujeres, que se ganan la vida pagando pobreza y se les niegan derechos básicos.

A medida que los más ricos y poderosos del mundo se reúnan en Davos, necesitamos que les haga saber que millones de nosotros estamos asumiendo la injusticia de la desigualdad. Podemos construir un mundo más justo y vencer la pobreza para siempre. Pero necesitamos ver acción, no solo palabras.

Un mundo cada vez más desigual

En todo el mundo, el trabajo mal pagado para muchos está apoyando una riqueza extrema para unos pocos. Nuestra economía está construida sobre las espaldas de los trabajadores comunes que están atrapados en la pobreza mientras que los beneficios del crecimiento económico continúan concentrándose en menos manos en la parte superior.

Las mujeres son las grandes perdedoras , enfrentan altos niveles de discriminación en el lugar de trabajo y asumen una cantidad desproporcionada de trabajo de cuidado no remunerado.

Las grandes corporaciones y los individuos ricos juegan un papel clave en la ampliación de esta brecha. Usan su poder e influencia para asegurar que la política del gobierno funcione en sus intereses. Y las grandes empresas se concentran despiadadamente en maximizar los rendimientos de sus accionistas por cualquier medio, ya sea bajando los salarios o evadiendo impuestos.

Podemos construir una economía humana para arreglar esto

Es difícil encontrar un líder político o empresarial en estos días que no esté diciendo que están preocupados por la desigualdad. Sin embargo, las acciones, no las palabras, son lo que cuenta. A menos que cerremos la brecha entre ricos y pobres, el objetivo de eliminar la pobreza extrema se perderá, y casi medio billón de personas seguirán viviendo con menos de US$1.90 al día en 2030.

Pero podemos cambiar esto. Para poner fin a la crisis de desigualdad, podemos construir una economía más humana que funcione para todos, no solo para los pocos afortunados. Una economía que recompensa el trabajo, no la riqueza, concluye Oxfman.