
Durante las últimas dos décadas, América Latina ha vivido un importante proceso de aumento poblacional, pasando de 168 millones de habitantes en 1950 a más 650 millones en 2018.
Asimismo, la región experimentó un incremento exponencial en el nivel de urbanización, pues actualmente más del 85% de sus habitantes vive en zonas urbanas.
Aunque estos datos evidencian avances en términos de desarrollo, análisis de organismos multilaterales, como ONU Hábitat, señalan que los proyectos de edificación de la región no han sido bien direccionados, y hoy las ciudades están obligadas a repensar sus modelos de crecimiento.
En consecuencia, la expansión urbana bajo la idea de ciudad horizontal es un modelo que ha perdido viabilidad, debido a los diversos problemas que genera, como la afectación al medio ambiente o los problemas de movilidad y tráfico.
Así, la planificación del desarrollo urbano apunta cada vez más a aprovechar la construcción vertical como una respuesta sostenible a las necesidades de los habitantes, y Colombia no ha sido ajeno a esta tendencia.
Mientras que hace treinta años más del 80 por ciento de los colombianos habitaba en casas, hoy día más del 60 por ciento de la población del país vive en propiedades horizontales, que van desde una pequeña edificación, hasta conjuntos residenciales que pueden tener más de 500 unidades.
Como resultado de esta nueva tendencia, el sector privado aporta a la construcción de edificios de todas las formas y tamaños, con soluciones que buscan superar los retos que propone este tipo de infraestructura. En este sentido, empresas como la multinacional Otis ofrecen una amplia oferta que permite optimizar la movilidad vertical, aumentar la seguridad en grandes alturas, brindar facilidad de acceso, y disminuir los tiempos de desplazamiento en los equipos a través de tecnologías de punta que les permiten llegar a cualquier altura.
En las urbes modernas los ascensores son la herramienta que permite a las personas desplazarse al interior de las imponentes edificaciones. Por tal motivo, y en el caso de Colombia, las empresas de la industria han asumido el reto de llevar la movilidad vertical a otro nivel.
Este compromiso se ha materializado a través del desarrollo y aplicación de tecnologías en los equipos para hacerlos eficientes, seguros y capaces de ofrecer a los pasajeros una mejor experiencia de viaje, así como brindar beneficios en materia de consumo energético e identidad visual a los edificios.
En 2010 un estudio de la Universidad de Columbia encontró que las personas tardaban hasta 3 veces más tiempo esperando un ascensor que transportándose en su interior para llegar a su destino.
Este tipo de situaciones ha obligado a que las empresas se enfoquen en optimizar los tiempos de desplazamiento en ciudades con edificios cada vez más altos mediante sistemas que permiten, entre otras cosas, gestionar de forma eficiente los viajes según el piso al que se dirigen los pasajeros, o usar el Internet de las Cosas para conectarse con el ascensor desde el celular y coordinar el momento en el cual se desea que el ascensor esté disponible.
De igual forma, dentro de las características de la actual oferta de elevadores en el país, la eficiencia energética ha adquirido mayor relevancia de cara a la reducción de la huella de carbono.
Por ello, hoy es posible encontrar en el mercado tecnologías como Regen Drive, la cual permite a los ascensores capturar la energía producida por la operación del elevador y canalizarla para abastecer otros sistemas eléctricos del edificio, logrando reducciones en el consumo de energía de hasta el 75%.
Es de este modo que los elevadores han tenido que responder a los cambios de los últimos años y atender así, a las necesidades que trae consigo el crecimiento urbano vertical. Sin lugar a dudas, la movilidad y el crecimiento urbano son dos variables que comparten un estrecho vínculo tanto en Colombia, como en el resto del mundo.
Por esto, el transporte vertical tiene el reto de continuar creando soluciones que generen confianza y seguridad, aporten a la eficiencia energética, ocupen menos espacio y brinden experiencias de viaje óptimas y agradables a los pasajeros.
