La Corte Suprema de Justicia señaló que la diferencia de edad sí puede ser un indicio de matrimonio simulado, tras dejar en firme el falló contra una mujer de 28 años que se había casado con un hombre de 95 para reclamar un seguro de vida.
El alto tribunal anuló la unión entre la joven y el adulto mayor, luego que la mujer fue a cobrar el monto del seguro a las oficinas de Seguros de Vida Suramericana S.A. y que según ella, tenía derecho por la muerte de su esposo.
La aseguradora, con la tesis de que el matrimonio no había sido real señaló no debía considerarse los efectos de esa supuesta relación nupcial, recurrió a la justicia, que terminó dándole la razón a la compañía.
Al respecto, el magistrado Octavio Tejeiro reiteró que en este caso se dio un matrimonio simulado, a través de un contrato en el que hay una divergencia entre la voluntad que se declara hacia los terceros y la voluntad que se queda guardada en el fuero interno de los contratantes.
“Esto de la simulación de los contratos es algo que sucede con mucha frecuencia en la compra venta de muebles inmuebles, cuando el acreedor tiene la intención de cobrar una deuda a alguien y ese alguien hace una escritura de confianza. Es decir, le traspasa el bien a un tercero y lo hace con la intención de ocultar el bien”, señaló el magistrado.
La mujer no se casó con la intención de vivir juntos, y el hombre de 95 años no se casó en pleno uso de sus facultades.
