Papa León XIV insta a lideres mundiales a negociar y callar las armas y se ofrece como mediador
–En un discurso a los representantes de las Iglesias orientales, el papa León XIV instó a los líderes del mundo a que se sienten a negociar para que «callen las armas» y ofreció su mediación entre los dirigentes de países en conflicto, afirmando que hará personalmente «todo el esfuerzo necesario para que prevalezca la paz».
«Los pueblos quieren la paz y yo, con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben ser silenciadas, porque no resuelven los problemas sino que los aumentan; porque pasará a la historia quien sembrará la paz, no quien cosechará víctimas; porque los otros no son ante todo enemigos, sino seres humanos: no villanos a los que odiar, sino personas con las que hablar. Rechacemos las visiones maniqueas típicas de las narraciones violentas, que dividen el mundo en buenos y malos», expresó León XIV.
En audiencia a los participantes en el Jubileo de las Iglesias Orientales el pontífice relanzó el llamamiento para devolver al mundo la «dignidad de la paz»: «Para que esta paz se difunda, emplearé todos mis esfuerzos. La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos. Con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos!».
Robert Prevost destacó ante las miles de personas llegadas de países como Siria, Ucrania, Líbano o Irak, que las Iglesias orientales conocen «de primera mano los horrores de la guerra, hasta el punto de que el papa Francisco ha llamado a vuestras Iglesias mártires».
«Es cierto: desde Tierra Santa hasta Ucrania, desde Líbano hasta Siria, desde Oriente Medio hasta Tigray y el Cáucaso, ¡cuánta violencia! Y por encima de todo este horror, por encima de las masacres de tantas vidas jóvenes, que deberían provocar indignación, porque en nombre de la conquista militar muere gente», recordó León XIV, entre aplausos por parte de los asistentes.
El flamante pontífice se ofreció incluso para mediar en los conflictos. «La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos», dijo León XIV. «Para que esta paz se extienda, haré todo lo posible», puntualizó.
«La Iglesia no se cansará de repetir: que callen las armas», vuelve a repetir León XIV. Y recuerda especialmente a «los cristianos -orientales y latinos- que, sobre todo en Oriente Medio, perseveran y resisten en sus tierras, más fuertes que la tentación de abandonarlas».
Hay que dar a los cristianos la posibilidad, no sólo de palabra, de permanecer en sus tierras con todos los derechos necesarios para una existencia segura. Por favor, ¡que se esfuerce por ello!
Preservar el patrimonio de las Iglesias orientales
El Papa citó también a su predecesor que inspiró su nombre, León XIII, «quien dedicó por primera vez un documento específico a la dignidad» de las Iglesias orientales, publicando la Carta Apostólica Orientalium dignitas el 30 de noviembre de 1894. Ya entonces, el Pontífice había hecho «un sentido llamamiento» para subrayar la importancia de preservar las liturgias y tradiciones de las Iglesias orientales, que aún hoy se ven a menudo amenazadas. En efecto, la preocupación de León XIII «es muy actual», subrayó el Papa.
En nuestros días, tantos hermanos y hermanas orientales, entre ellos varios de ustedes, obligados a huir de sus territorios de origen a causa de la guerra y la persecución, la inestabilidad y la pobreza, corren el riesgo, al llegar a Occidente, de perder no sólo su patria, sino también su identidad religiosa. Y así, con el paso de las generaciones, se pierde el inestimable patrimonio de las Iglesias orientales.
Orientaciones para ayudar a los fieles orientales en la diáspora
De hecho, León XIV explicó que la Iglesia acepta la intuición de su predecesor: «Acogemos la llamada a salvaguardar y promover el Oriente cristiano, especialmente en la diáspora; aquí, además de erigir, donde sea posible y oportuno, circunscripciones orientales, es necesario sensibilizar a los latinos».
El Papa pidió también al Dicasterio para las Iglesias Orientales que le ayude «a definir principios, normas y directrices a través de los cuales los Pastores latinos puedan apoyar concretamente a los católicos orientales en la diáspora y preservar sus tradiciones vivas y enriquecer con su especificidad el contexto en el que viven».
León XIV reiteró que es importante que las tradiciones orientales no se diluyan «por razones prácticas y de comodidad» ni se «corrompan por un espíritu consumista y utilitarista».
La Iglesia los necesita. ¡Qué grande es la aportación que el Oriente cristiano puede darnos hoy! ¡Cuánto necesitamos recuperar el sentido del misterio, tan vivo en sus liturgias, que implican a la persona humana en su totalidad, cantan la belleza de la salvación y suscitan el asombro ante la grandeza divina que abraza la pequeñez humana!, afirmó.
Y les pidió que sigan siendo luz en el mundo.
«Gracias, queridos hermanos y hermanas de Oriente, de donde surgió Jesús, Sol de justicia, por ser “luces del mundo”», precisó el Pontífice y deseó que las Iglesias orientales sigan siendo «un ejemplo» y que los pastores promuevan «la comunión, especialmente en los Sínodos de los Obispos, para que sean lugares de colegialidad y de auténtica corresponsabilidad». «Que haya transparencia en la gestión de los bienes, que haya un testimonio de entrega humilde y total al santo pueblo de Dios, sin apego a los honores, a los poderes del mundo y a la propia imagen», insistó León XIV.
«El esplendor del Oriente cristiano exige, hoy más que nunca, liberarse de toda dependencia mundana y de toda tendencia contraria a la comunión, para ser fieles en la obediencia y el testimonio evangélicos», concluyó.
(Con información de Vatican News y DW).

