El proceso intentará determinar, entre otros asuntos, si los servicios de inteligencia podrían haber impedido los atentados en los que murieron 52 personas
La investigación para esclarecer los atentados terroristas de Londres el 7 de junio de 2005, en el que murieron 52 personas y 700 resultaron heridas, comienza hoy en Londres y en ella se intentará determinar, entre otros asuntos, si los servicios de inteligencia, el MI5, pudieron haber impedido los ataques. Dos años después de los atentados se conoció que el MI5 había obtenido información sobre el jefe del grupo y un suicida mientras investigaban otra célula terrorista. El proceso, que estará presidido por la juez Heather Hallett, se prevé que dure hasta finales del próximo mes de marzo.
Durante los aproximadamente cinco meses que dure la investigación, acudirán a declarar como testigos los supervivientes de la matanza provocada por los cuatro terroristas suicidas de Al-Qaeda, todos con nacionalidad británica , así como miembros de los servicios de emergencia que acudieron a los lugares donde estallaron las bombas: las estaciones de metro de Algate, Edgware Road y Russell Square y la plaza Tavistock Square, donde estalló un autobús de dos pisos. Estos testigos también podrán ser interrogados por los familiares de las victimas. Ente las pruebas del proceso se encuentran vídeos y fotografías tomados inmediatamente después a la matanza. Las imágenes, que no se han visto antes, han sido editadas para que no mostrar a ninguna de las víctimas.
Cuando comenzaron las pesquisas, la juez Hallett anunció que investigaría el pasado de los suicidas y la información que sobre ellos tenían los servicios de seguridad británicos. Dos años después de los atentados se conoció que el MI5 había tenido conocimiento del jefe del grupo, Mohammad Sidique Khan, y de otro de los terroristas suicidas mientras investigaba otra célula extremista. Algunos familiares de las víctimas creen que los servicios de inteligencia y la policía tenían la suficiente información sobre los autores de los ataques, aunque los miembros de los servicios de seguridad insisten en que sólo tenían fragmentos de información y que no hubieran podido predecir lo que finalmente ocurrió. Tras los ataques se publicaron dos informes oficiales sobre lo ocurrido sin que ninguno de ellos culpase de negligencia al MI5.
Algunos de los familiares de las víctimas han mostrado su enfado con el MI5 porque opinan que los servicios de inteligencia están intentado que no salga a la luz pública toda la información relativa a ese día. Así lo ha expresado a la BBC Graham Foukes, cuyo hijo David de 22 años murió por la bomba de Edgware Road.

