La Policía logró las aprehensiones cuando la pareja intentaba vender 74 equipos de telefonía celular en un centro comercial del centro de Bogotá; según las autoridades, el 80 por ciento de estos teléfonos estaban reportados como hurtados, al igual que 48 memorias que habían sido hurtadas en México y Venezuela principalmente.

La captura se da gracias a un comerciante del sector, quien denunció que la pareja se disponía a comercializar teléfonos celulares de alta gama, y de «dudosa procedencia».

Luego de recibida la información, se adelantó un despliegue policial entre la Avenida Caracas y carrera 18 y entre las calles 12 y 15, que permitió las detenciones, siendo hallados los teléfonos y memorias, avaluados en más de 50 millones de pesos.
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