–Con los últimos y fuerte aguaceros, volvió a quedar al descubierto la grave situación de la Universidad Nacional en Bogotá, que literalmente sigue cayéndose a pedazos. Las directivas del claustro estiman que además de tapar goteras, se requiere reforzar y adecuar los edificios, de acuerdo con los estándares antisísmicos, y ello costará aproximadamente 800 mil millones de pesos.

Lo cierto que cada vez que llueve, la mayoría de edificios se inundan por la profusión de goteras, según lo reportan los propios estudiantes.

El vicerrector de la sede capitalina, Jaime Franky Rodríguez, indicó que hace 25 días, anticipándose a las dificultades que se preveían por las intensas lluvias, se creó una brigada de emergencia que emprendió la revisión de cada edificación, se planteó un diagnóstico y una orden de intervención de acuerdo con las prioridades.

“De los 24 edificios reportados 12 ya recibieron atención y dos tienen programada la visita. Existen tres garantías de trabajos previos dentro de estos edificios y siete están en espera para ser visitados”, agregó el vicerrector Franky.

Desde 2012 la U.N. advirtió sobre las dificultades que tenían en cuanto a las estructuras físicas y tramitó ante el Congreso de la Republica la estampilla que tiene recursos destinados tanto para mejorar la infraestructura y el reforzamiento de los edificios que lo requieran, como para las obras nuevas.

Para el presente año se tiene un proyecto de alrededor de $11.000 millones que están destinados al mantenimiento y los estudios de infraestructura. Además, en el trienio serán destinados alrededor de $26.000 millones del presupuesto para atender este tipo de necesidades en la Sede Bogotá.

“En 2015, atendiendo las situaciones de mantenimiento prioritarias, la U.N. Sede Bogotá realizó una intervención integral en las cubiertas de siete edificios. Incluso se han hecho seguimientos para revisar cómo se han comportado en los últimos aguaceros”, puntualizó el directivo.

La U.N. es patrimonio de todos los colombianos, y la Sede Bogotá, específicamente, es patrimonio arquitectónico porque tiene declarados 20 bienes de interés cultural, además del conjunto urbanístico que compone el campus.

En esta medida, y de acuerdo con la normativa vigente, la U.N. requiere de un trabajo conjunto con el Ministerio de Cultura para llevar a cabo cualquier tipo de intervención en estos espacios. En el momento se están planteando alternativas que ayuden a mitigar la insuficiencia de las canales cuando estas son obstruidas o taponadas.

También se han identificado algunos árboles que generan mucha hojarasca y que en ocasiones obstruyen las canales, por lo que requieren un mantenimiento permanente.

Para esto se ha solicitado a la Subdirección de Silvicultura de Flora y Fauna Silvestre de la Secretaria Distrital de Ambiente la tala de especímenes y se han plantado 750 árboles en zonas verdes distantes de los edificios con el fin de empezar a mitigar los efectos de la tala.

La brigada continuará haciendo un recorrido y atendiendo los reportes de las facultades que presentan fallas o filtraciones.

El Consejo Superior Universitario conformó una comisión para hacer un balance muy preciso del estado actual de las 277 edificaciones con las que cuenta el campus de la U.N. Sede Bogotá.

Hasta la fecha se han reforzado 11 edificios y se han construido 17 que cumplen con las normas actuales de sismorresistencia.

Sin embargo, esta normativa no existía durante las dos primeras etapas de construcción del campus, por lo que muchos edificios no cuentan con los estándares que exigen las construcciones actuales y se necesitan aproximadamente 800 mil millones de pesos para el reforzamiento y la adecuación de los edificios. (Con información de Agencia de Noticias U.N.)