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Petro cuestiona que propuesta de constituyente se combata con la «figura mentirosa de la reelección» y niega que vaya a pedirle al Consejo de Seguridad que la avale

–El presidente Gustavo Petro volvió a trinar hoy sobre su propuesta de una constituyente, esta vez, primero para pedir que «dejen de decir mentiras» y afirmar: Yo no voy a pedirle al consejo de seguridad que avale una constituyente colombiana» y luego para señalar que «hay que desnudar el debate» y cuestiona que su propuesta se esté combatiendo con «la figura mentirosa de la reelección presidencial».

En un mensaje inicial, Petro advierte que «el poder constituyente es exclusivamente del pueblo colombiano, de nadie más» y puntualiza:

«Vuelvan a sus estudios de colegio: la soberanía popular es la base de la soberanía de la nación».

Sin embargo, precisa: «Claro que es posible un gobierno del pueblo. Acostumbrados a la oligarquía, a veces creemos que no se puede cambiar: como si Colombia fuese una monarquía hereditaria. Somos una democracia plebeya y variopinta».

Por separado, en una extensa nota en su cuenta en la red social X, el jefe del Estado comienza señalando que «la tensión generada con la convocatoria al poder constituyente del pueblo colombiano para producir los cambios y transformaciones que el país necesita se ha combatido desde la extrema derecha y el llamado «sindicato del pasado» con la figura mentirosa de la reelección presidencial».

Enseguida, el mandatario hace las siguientes precisiones:

«Creo que hay que desnudar el debate: lo que se pretende es pensar que la paz se puede alcanzar sin cambio alguno. Sin modificar el poder, ni la economía, ni el territorio ni la desigualdad.

Por eso ahora desdicen de su propio acuerdo firmado, o el del M19, al que le prohiben ya sacar hasta sus banderas, tanto temor le tienen por su atracción popular, o al primer acuerdo con el ELN, o al de la misma constitución.

Quienes reformaron la constitución en más de 50 ocasiones, quitando derechos y haciéndose reelegir, ahora dicen defenderla.

Esta bipolaridad del «sindicato del pasado» tiene que ver en realidad con que todos los acuerdos de paz mencionados. Incluido el principal: el de la constitución, proponen acuerdos para cambiar, no para dejar las cosas como están.

El problema es el cambio no la reelección.

Por eso cuando en los ultimos 41 años, desde una propuesta de Bateman pidiendo un dialogo nacional desde las selvas del Caquetá en 1982, hasta hoy, se ha repetido permanentemente la palabra «Paz».

La Paz ha sido una idea fuerza fundamental del pueblo colombiano, una idea constituyente de la nación. Pero al mismo tiempo en la mentalidad oligárquica y antidemocrática del país se ha repetido en la práctica el mismo hecho: el incumplimiento a la Paz.

El asesinato de Pizarro, el incumplimiento de la constitución del 91 que los llevó a construir un inconstitucional modelo neoliberal de negocios con lo público en lugar de un estado social de derecho; el entrampamiento a la paz de las farc, con la cúpula de la fiscalía promoviendolo, y luego el incumplimiento de los puntos del acuerdo con las farc: la reforma agraria, la transformación del territorio y la verdad judicial. Y ahora la andanada de algunos gremios contra el balbuceante primer acuerdo con el ELN, incluida la actividad filibustera del «sindicato del pasado» para hundir las reformas propuestas por el programa de gobierno elegido por el pueblo, muestran tajantemente esta consigna «morronga» propia de la cultura oligárquica en el país: engañar, traicionar la palabra, incumplir.

Con engaños se ganaron hasta un plebiscito irrracional. Un sector del pueblo votando contra la paz, votando contra sí mismo y sus hijos.

Lograron un primer momento constituyente del pueblo despues de 1991 contra la paz y por la violencia. Ahora se recogen los resultados. Sea como sea, la misma derecha convocó el poder contituyente contra el que ahora vociferan pidiendo golpe de estado.

Claro despues del referendo y la victoria dudosa de Duque, el poder constituyente finalmente se expresó a favor del cambio. Por eso ahora no quieren el pueblo sino el golpe.

Incumplen a la Paz para que no existan cambios y puedan mantenerse en los puestos privilegiados del poder, los negocios, la contratación pública y la desigualdad.

Lo único que se provoca con mantener las cosas como están no es la paz sino una mayor violencia.

Los adictos a la violencia que son los mismos adictos al poder, no quieren cambios. Por eso es indispensable que el pueblo aparezca.

El poder constituyente no es más que el pueblo aparezca y decida sobre sus derechos, sus sueños y su país.