Opinión

Una plaga que se tomó Bogotá

jose-luis-ramirez ESCOMBROS Por: JOSÉ LUIS RAMÍREZ MORALES
No son mascotas y se reproducen a gran velocidad
En las plazas y parques de Bogotá es imposible caminar sin encontrarse con una paloma. Estas aves se tomaron la ciudad con la ayuda de los residentes, de los transeúntes y de los dueños de los restaurantes que les arrojan sobras de todo tipo de comida.
Si usted es de las personas que acostumbra a llevar maíz cuando visita la plaza de Bolívar o las iglesias de la ciudad, para alimentar a estas aves, tenga cuidado. Las palomas no son tan inofensivas como las pintan.
Y si cree que está haciendo una obra de caridad al alimentarlas o que es una buena manera de matar el tiempo y distraerse es hora de que despierte. Con esa acción, aparentemente inofensiva, está promoviendo la propagación de al menos 40 enfermedades.
Los investigadores han comprobado que los excrementos de las palomas son tan corrosivos que destruyen tejados, deterioran muros y esculturas y dañan los entablados de los techos. Es tan dañino que ni el mármol resiste lo corrosivo del excremento.
Palomas
En Bogotá, donde las plazas públicas están invadidas de palomas, se han ensayado fórmulas para evitarlas como las redes o las púas en los muros de edificios, iglesias y casas. Pero han resultado métodos antiecológicos y polémicos.
Palomas1
Lo cierto es que los hectoparásitos que producen sus excrementos destruyen árboles y plantas de jardines, tejas y canalizaciones.
La contaminación que sus excrementos producen en el agua se asocia a enfermedades como histoplasmosis, toxoplasmosis, clamidiasis, salmonelosis, la encefalitis, gastroenteritis, tuberculosis aviar, newcastle , paratifoidea, virus del Oeste del nilo y criptococosis.
La paloma urbana no es vista como una amenaza, pero es hora de ir pensando en los riesgos que este animal tiene para la salud de los humanos.
Hoy no solamente consumen maíz sino que los humanos los hemos enseñado a comer fríjoles, arroz, papa, pasta y cualquier sobra de comida, cambiando sus hábitos y costumbres.
Es hora de que tomemos este asunto en serio- Estamos frente a un problema de salud pública que tarde o temprano nos pasará su cuenta de cobro. Por lo tanto hago un llamado a los ambientalistas, a la secretaría de Salud y a las asociaciones protectoras de animales para que les demos a las palomas la asistencia que necesitan, ayudando a planificar su crecimiento desmedido.
Se debe hacer una campaña por parte de las autoridades del Distrito que permita salvar esta especie, para que vivan con dignidad, y no como las vemos hoy, haciendo de aves de carroña, con su plumaje transformado, grasoso, aceitoso, maltratadas, sangrantes, tuertas y desamparadas.

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