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Teniente de la Policía trajo al mundo a un bebé en pleno río Amazonas

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Hasta hace poco, el teniente Miguel Ángel Galeano era famoso en las selvas del Amazonas por ser el policía que apadrina a los muertos olvidados. Consigue ataúdes, participa de velorios y ayuda a cargar a los difuntos hasta su última hora.

Pero esta vez fue la vida la que se cruzó en su camino. En una tarde, cuando el sol aún acariciaba las aguas del caudaloso río Amazonas, una humilde indígena de la etnia yagua salió de su bohío y se montó en una lancha en busca de ayuda para tener a su criatura. Durante las cuatro horas que remó en solitario solo la acompañaron los punzantes dolores, los cuales intentaba amainar con cánticos de sus ancestros y plegarias a la madre selva.

Cuando ya estaba a punto de desfallecer, acercó su canoa hasta la orilla al avistar a un hombre vestido de uniforme verde oliva, que resultó ser el teniente Galeano. Cuando el oficial, un ibaguereño de 27 años, se acercó a la deteriorada canoa de madera para extender la mano a la cansada mujer, esta lo haló y, entre gemidos y llantos, le indicó que su pequeña criatura estaba a punto de llegar al mundo. No había tiempo de pedir ayuda. Sobre la canoa y al vaivén del río, se arrodilló y comenzó a asistir a la joven madre. “Aunque nunca había atendido un parto, solo pensé que la criatura podía morir, y mi corazón me impulsó a ayudar”. Los dos sonrieron al escuchar el primer llanto del bebé, el cual cesó cuando el policía lo arrulló en sus brazos. Luego los trasladó hasta el hospital más cercano, donde recibieron atención de los galenos.

La proeza del teniente se suma a la de otros policías que han atendido partos de emergencia, como el intendente Marco Tulio Páez, que ha asistido a 20 solitarias madres. También, un grupo de uniformados de Medellín ayudó, en plena vía pública del barrio Laureles, debajo de un puente, a una mujer en condición de calle que tuvo su hijo sietemesino. Con otra mujer, en igualdad de circunstancias, el patrullero William Acosta Guerrero hizo lo propio en una avenida del barrio Emporio, en Villavicencio. Y como si fuera poco, el intendente Rafael David Osorio Velandia, ayudó a dar a luz a una madre de 18 años a una criatura de seis meses, dentro del CAI Móvil, en el que patrullaba por Sabanalarga, Atlántico.