La Secretaría de Integración Social divulgó a través de una investigación que en Bogotá existen 17.218 menores que son obligados por sus padres y familiares a trabajar sin ningún tipo de sueldo; mientras que otros cerca de 7000 niños podrían vincularse en cualquier momento al mercado laboral .
Los padres que están vinculados en los programas para desenganchar a los menores de la vida laboral, reciben un subsidio de 130 mil pesos y asesorías en educación, pero están obligados a participar en las actividades comunitarias organizadas con este fin en las comunidades.
Además, los resultados reiteran los hallazgos realizados por otros estudios donde se confirma que el aporte de los niños y niñas, en particular aquellos menores de 15 años, no incide en la mejora de los ingresos familiares, dado que mayoritariamente la remuneración se realiza en especie.
La Secretaria de Salud también ha colaborado con esta campaña, pues en las múltiples visitas realizadas a las empresas para jornadas de Salud Ocupacional, han encontrado menores de edad laborando, especialemnte en el sector textil.
«Esta colaboración ha sido muy importante porque ellos han remitido casos de niños que laboran en el área de producción de empresas textiles en el área de Tunjuelito. Ellos nos informan y nosotros acudimos», explica la funcionaria.
En esta localidad la Secretaría de Integración Social ha reportado en los últimos cuatro años 920 casos de menores vinculados laboralmente al comercio callejero, a las labores domesticas y al trabajo de ‘pato’ (quien acompaña al conductor y ayuda a cobrar el pasaje) y venta de artículos al interior del transporte.
La acción de esta entidad no es punitiva, por eso su función principal es atender los casos, brindar asesoría y otorgar facilidades de alimentación y educación. Con la entrega de kits escolares y vinculación en comedores comunitarios, la Secretaría busca motivar a los menores a disfrutar su niñez en otras actividades.
«El problema también es que la ciudad es muy cara para los menores de estratos bajos. Sería interesante encontrar cines, actividades lúdicas u otras cosas que desvincularan de los trabajos a los menores», asegura Manosalva.
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