De acuerdo con la información, el fiscal del caso, Jesús Marín, consideró que las pruebas en contra del oficial no son contundentes y que no permiten establecer con certeza sus supuestos vínculos con narcotraficantes.

Añadió, durante su intervención en la audiencia pública que se adelanta contra el oficial en la Corte Suprema, que el testimonio de Jaime Alberto Pérez Charry, sobre una supuesta reunión de Arango Bacci, con un narcotraficante conocido con el alias de “Boliche” no pudo haber ocurrido en la fecha que el decía, la segunda semana de octubre de 2001.

Para ese momento, tal como lo estableció el testimonio del ex presidente, Andrés Pastrana, Arango ejercía como jefe militar de la casa de Nariño y durante ese tiempo debió permanecer en Bogotá por las labores que cumplía, e incluso el testigo se retractó ante la Procuraduría.

El Fiscal ya había manifestado las dudas sobre el proceso, en particular sobre el desplazamiento de una corbeta que ordenó Arango cuando era Comandante de la Base Militar de San Andrés.

Se decía que Arango había ordenado el traslado para impedir el decomiso de un cargamento de droga, pero con base en testimonios de los compañeros del oficial, se confirmó que simultáneamente tres lanchas con droga avanzaban por el Atlántico.

El fiscal Marín cuestionó el manejo que el comandante de la Armada, Guillermo Barrera, y el jefe de operaciones, vicealmirante, Álvaro Echandia, le dieron a las pruebas que supuestamente involucraban a Arango con el narcotráfico.