Cuando lo conocí, lo primero que le pregunté fue sobre la masacre de Bojayá – él me contestó – “No, yo no estaba allá cuando eso pasó, yo estaba en Bogotá” – vi como sus ojos se nublaron con lagrimas – y agregó “Fueron muchos amigos, también familiares, aún se me empañan los ojos cuando veo las fotos»
Sin más preámbulos, frente a mi se encontraba Delaney Palomino Cuesta, un chocoano de 52 años que hasta hace poco tiempo ejercía como guarda de seguridad, un hombre que se define como “neto campesino” y que al igual que un conjunto de políticos, artistas y soñadores desea ocupar una curul en el Senado de la República.
De celador a Senador, cuestión difícil en medio de la turbulencia de pancartas, cuñas radiales y televisivas, así como de una extensa gama de artilugios mediáticos que se inventan los creativos políticos para lograr el tan preciado voto, ante esta posición encontramos a un Palomino certero y humilde que señala de antemano “No tengo plata para pagar una entrevista”
Según este ‘guachiman’ político, su pretensión esta basada en el deseo de ayudar y solidarizarse con las personas de este explotado gremio, y asegura que lo primero que hará, es hacer cumplir a cabalidad los horarios de las personas que día a día se dedican a velar por la seguridad de miles de inmuebles en el País.
Avalado por el partido Cambio Radical, Palomino refleja en su mirada el esfuerzo de años de trasnocho, de recibir correspondencia, lidiar con mensajeros y ciudadanos despistados, de abrir una y mil veces la puerta, con esa mueca de satisfacción, como de quien siempre tiene una sonrisa para contestar a los demás.
Al igual que cualquier otro aspirante a tal alto cargo, entre su discurso se encuentra la disposición de quien entiende el problema que quiere resolver.
Palomino, asegura que ahora trabaja no solamente por el, sino por un bien común, expresa con ahínco que quiere llegar a ser senador de la Republica, para beneficiar a sus compañeros vigilantes.
“Un sector laboral en nuestro país muy desprotegido. Con muchas leyes que no se cumplen para beneficiar a las empresas que los contratan y afectando así, la calidad de vida de cada uno de ellos y sus familias.” Afirma, en medio de una explicación sobre las leyes que según él se le están vulnerando a este gremio.
Independientemente, de que Palomino salga elegido o no en las próximas elecciones parlamentarias del 14 de marzo, los celadores y guardas de seguridad, tiene en este hombre su propio guardián.

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