Economía

Planes para internacionalizar la crianza y el consumo de cuy

CUY ¡SABOR!, detrás de esta expresión popularizada por los trovadores de Cuyes, humoristas nariñenses que se han ganado su cariño con las trovas pastusas, se esconde una historia de la gastronomía típica de la región y de una actividad económica que quiere coger vuelo internacional: el cuy.

El cuy es un animal nativo de la cordillera de los Andes con un alto valor proteico y rico en Omega 3. Su carne baja en grasa tiene un sabor característico y está directamente ligado a la dieta de los sectores sociales de menores ingresos en los municipios del sur de Nariño, Colombia.

Pese a ser un plato típico y un producto de gran importancia para combatir el hambre y la desnutrición, su crianza y comercialización se hacen de manera rudimentaria y no ha tenido una proyección eficaz en el mercado para mejorar los ingresos y las condiciones de vida de quienes lo crían. Tradicionalmente esta tarea ha estado a cargo de mujeres madres cabeza de familia.

Por esta razón desde junio de 2008 el Programa Áreas de Desarrollo Alternativo Municipal (ADAM) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) empezó a impulsar la producción cuyícola de una manera más eficiente y tecnificada en los municipios de Aldana, Pupiales y Puerres.

Para el logro de este objetivo, que mejoró los ingresos de 163 familias, se desarrolló un proyecto que unió esfuerzos de la comunidad y la cooperación internacional que se tradujeron en 1.226 millones de pesos, con un aporte de $655.900.000 de USAID. Los resultados y el impacto son muy dicientes:

* Construcción de 163 galpones con un sistema de jaulas separadas para maternidad, cría y engorde, facilitando el manejo y cuidado de los animales.
* Incremento del 30% en la producción de los animales.
* Ventas por valor de $581.204.268 (en un año).
* Creación de 159 empleos de tiempo completo.
* Fortalecimiento de cinco asociaciones cuyícolas con capacidad técnica y comercial que ofrecen mejores precios y garantizan una mayor oferta de cuy.

Además del incremento en la producción de cuy en el sur del departamento, los beneficiarios recibieron capacitación de un conocido chef, quien les enseñó a preparar nuevas y exquisitas recetas y a darle una mejor presentación a este plato típico. Palabras más, palabras menos, como lo dirían los trovadores: Cuy, ¡Sabor!.

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