Internacional

Sarkozy detrás del Movimiento Popular

El presidente francés Nicolas Sarkozy recibió en la primera vuelta de las regionales una severa advertencia que repercutirá en el resto de su mandato, con el fortalecimiento de la oposición de izquierda, el renacimiento de la ultraderecha y un abstencionismo récord que desacredita a la clase política.

Con el 26,18% de los votos en las 22 regiones de Francia metropolitana (son 26 si se incluyen las de ultramar), la gobernante Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) quedó el domingo 3,3 puntos por detrás del Partido Socialista (PS), que obtuvo el 29,48% de los votos, según cifras definitivas del ministerio del Interior.

La izquierda podría alzarse con Córcega, una de las dos únicas regiones, junto con Alsacia, que controlaba la derecha.

«Voto sanción contra Sarkozy», «Revés personal» del jefe de Estado, «Mensaje de desasosiego del electorado» o «Desbandada de la derecha», eran este lunes algunas de las interpretaciones de la prensa francesa sobre estos comicios, que se dan en momentos en que Sarkozy, a medio mandato, ostenta su más baja tasa de popularidad (41%).

Pese a la abstención récord del 53,64%, ninguno de los ocho ministros que encabezaban las listas de la UMP en sus regiones puede esperar ganar en la segunda vuelta del próximo domingo, porque no pueden apelar a ninguna formación para reforzar sus votos.

En cambio, el PS y los verdes de Europa Ecología, que con el 12,47% de los votos quedaron como tercera fuerza política, ya iniciaron negociaciones de cara al 21 de marzo.

Y es más, según un diputado cercano a la primera secretaria del PS, Martine Aubry, las conversaciones permitirán «preparar 2012», es decir, la próxima elección presidencial en Francia, en la que todavía se desconoce si Sarkozy, que llegó a la presidencia en 2007, aspirará a su reelección.

Aunque una encuesta del instituto CSA indicó el lunes que el 63% de los votantes lo hicieron pensando en asuntos regionales, el politólogo Stephane Rozes consideró que la derrota de la UMP supone «el inicio de una crisis de liderazgo» del presidente Sarkozy.

La clase política, desacreditada por la mitad de los franceses que decidieron no ir a votar, llamó a una movilización masiva para la segunda vuelta.

«La UMP tiene ocho días para evitar la debacle», según el diario Le Figaro (derecha).

Y aunque admite que los resultados son una «satisfacción para el PS», advierte de que «la baja tasa de participación no respaldó masivamente el referéndum anti-Sarkozy querido por la izquierda».

En cambio, el diario Liberation (izquierda) considera que «de este escrutinio regional puede nacer una esperanza nacional» para 2012.

Una de las mayores sorpresas de los comicios vino del repunte del Frente Nacional (FN, extrema derecha) que consiguió el 11,7% de los votos y que el domingo se presentará en 12 regiones.

El renacimiento del FN llega un año después de su derrumbe en las elecciones europeas de 2009, en las que había obtenido el 6,3% de los votos.

Su líder, Jean Marie Le Pen, que superó el 20% en su bastión del sudeste (región Provenza-Alpes-Costa Azul), aseguró el domingo que su partido «se benefició» del debate sobre la identidad nacional impulsado meses atrás por el gobierno.

«El Frente Nacional acaba de recuperar su lugar», afirmó Le Pen por televisión detrás de un cartel de campaña que rezaba: «No al islamismo» y que días antes fue prohibido por la justicia.

Martine Abry acusó del renacimiento del FN a Sarkozy por haberle «reabierto la puerta» con ese debate que terminó poniendo a la inmigración en el banquillo.

Un nuevo fracaso sufrió el Movimiento Demócrata (MoDem, centro) de Francois Bayrou, echando por tierra su estrategia para la presidencial de 2012, al haber obtenido sólo cerca del 4% de los votos.

Más de 44 millones de franceses estaban habilitados para elegir a 1.880 diputados provinciales por un mandato de cuatro años. A la segunda vuelta pasan las listas que obtuvieron al menos el 10% de los votos, a las que pueden aliarse las que recibieron entre 5% y 10%.